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De Comella Firmet

De Comella Firmet

Mi alma busca a tu sombra
Sorprendida
Acalorada
Tu la ignoras
Cruzas la calle, enmudeces
Tu pena congela mi risa
Tiemblo
Miedo
No volverás…
Vacío
El sol sale, sigo sintiendo el frío.
 


Vuelve
Te necesito
Yo no puedo respirar sin tu latido
Te amo
Me sientes
No escapes
Tu destino está conmigo

Aún siento tu aliento
Mi calor en tu pecho
Caricias
Risas
Manos jugando a ser chispas

Tu beso en mi hombro
Mi lengua en tu ombligo
Una mirada, esa sonrisa…
Me ahogo
Tu ausencia ¡Grito fundido en impotencia!
Me acabo

Comella Firmet de nuevo con Amalgama

Comella Firmet de nuevo con Amalgama

La Revista Literaria Cultural Amalgama está de aniversario y hoy sale a la calle la edición nº 14 . Para esta edición especial por el 5º Aniversario de la revista, se ha ampliado el número de páginas y el número de colaboraciones.

Aunque la revista está ya disponible, la presentación se realizará el 22 de Agosto en la Casa de la Cultura y Juventud de Rota (C/. Inmaculada Concepción, 8 ). Tras la presentación se emitirá "Factotum", película basada en la vida del escritor estadounidense Charles Bukowski.

Para esta edición la Revista Amalgama cuenta con los siguientes contenidos y colaboraciones:

CUENTOS Y RELATOS

  1. Casa de Muñecas – Sebastián Gómez
  2. La Biografía Imposible del Señor Desocupado – Juan Arabia
  3. El Metro – Carolina Uribe
  4. Historia de Una Infidelidad – Comella Firmet (Vanessa López)
  5. Esperanza Caminando – José Mª Flores
  6. Historia de Un Cuento Al Revés – Zara Patricia Mora 
  7. Una Madrugada Muy Precipitada – Gabriel Gómez
  8. Acabarlo, Juntos – Eduardo Nabal
  9. Protegidos – Roger Ferrer
  10. Carnaval - Iván Humanes
  11. El Dinosaurio del Desván – Cristina Esquivel
  12. Objetivo 34 – Cristina Jiménez
  13. Viaje en Busca de Platero – Marina Gasca

POEMAS

  1. Si la Suerte – Miguel A. Lobato.
  2. Traición, Dante y un Chalet con Infierno – Ángel Cordón
  3. Quiero ... – Patricia Muñoz
  4. Mi Mejor Fotografía – Juan Manuel Pizones
  5. Tus Ojos – Antonio Franco
  6. Déjame Soñarte – Antonio Franco
  7. A Veces – Mª José Sierra
  8. Como Una Ráfaga de Viento – Isabel Varela
  9. Una Especie de Poesía – Luis A. Martínez
  10. El Misterio Adentro y Afuera – Marcia Reverón
  11. Hoy te he Sentido – Dora Floran

MISCELÁNEA

  1. Las Riberas del Danubio – Carlos Montuenga
  2. Homenaje a Julio Cortazar – Lola de la Riva
  3. Autoría de El Lazarillo de Tormes – Joaquín Arévalo
  4. Viva el Sargento Rousseau - Luisa Marrufo

Asociación y Revista Literaria Amalgama
Web:
http://www.amalgama.com.es

Comella Firmet en la revista Amalgama

Comella Firmet en la revista Amalgama

Este mes de junio sale publicada la revista número 12 de la Asociación Amalgama de las Artes. Asociación que nace fruto de la inquietud de varios jóvenes roteños aficionados a la literatura y el apoyo de la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Rota, que juntos y para llevar a buen puerto sus objetivos crearon esta revista literaria-cultural donde desde agosto de 2002 hasta hoy han ido editando los textos de todas aquellas personas interesadas en compartir sus creaciones y sentimientos hacia las artes en general.

 



Desde Ediciones Guallavito quiero expresar mi agradecimiento a su editor: Antonio Izquierdo, por haber seleccionado uno de mis relatos para la edición del próximo mes.

Si os interesa adquirir la revista sólo tenéis que pedirla a:

Asociación Cultural Amalgama de las Artes
C/ San Lorenzo de la Parrilla, 2 - 3ºA
11520 ROTA (Cádiz)
España


O bien a :  revistaamalgama@yahoo.es

También os dejo la dirección de la página web de la revista, donde dentro de unas semanas también os podréis descargar la revista en formato .pdf

http://www.amalgama.com.es/

 

 

Aun así os recomiendo que os hagáis con una copia impresa, ya que no hay ni punto de comparación con la versión digital. Amalgama es una revista cuidada hasta el último detalle tanto en su diseño como en su contenido, siendo su acabado tan impecable y de alta calidad que sin duda alguna podría confundirse por libro. Además su precio es de unos muy pero que muy asequibles 3 Euros que van destinados integramente a apoyar la continuidad de su proyecto cultural.

 





 

Artículo sobre: Las Narraciones Breves del Ideal

Artículo sobre: Las Narraciones Breves del Ideal

Como sabéis tras quedar finalista en el concurso de "Las Narraciones Breves del Ideal" además de tener el privilegio de ver publicado un relato mío el 30 de agosto del pasado año en la sección "Vivir" del periódico Ideal de Granada se editó un libro con los relatos de los ganadores y finalistas del mencionado certamen.  Ayer mi amigo Pablo Aguilar me comentó que el semanal digital independiente "Vega Media Press" ha escrito un artículo que habla bastante bien del libro:

Os pego aquí el enlace por si os interesa leerlo:

http://www.vegamediapress.com/noticias/content/view/2383/56/

 

Agradecimiento de Comella Firmet al Periódico Ideal de Granada

Agradecimiento de Comella Firmet al Periódico Ideal de Granada

 

empollón
Como algunos ya sabéis el pasado mes de agosto me publicaron un relato que se llama "Realidad de ficción" en el Periódico Ideal de Granada, pues mi historia fue seleccionada de entre cuatrocientas en el marco del  “IX Concurso de Relatos Breves de IDEAL”.
Para una novel como yo la sensación fue –aún sonando a tópico- : indescriptible. Llegar a tantos lectores a través de un periódico tan reconocido -para mi el más importante de Andalucía-  fue algo que no tiene precio.


De los 31 relatos seleccionados que tuvimos el privilegio de aparecer en la sección "Vivir" durante todo ese mes estival saldremos ahora –además- publicados en un libro que edita Vocento "Periódico Ideal" y el Ámbito Cultural del Corte Inglés  y que verá la luz durante este mes de noviembre. 


A medida que vaya teniendo más detalles os iré informando, por el momento sólo felicitar a los ganadores del certamen -entre los cuales se encuentra mi amigo y colaborador de esta página : Pablo De Aguilar González, mi más cálida enhorabuena para este gran escritor y mejor persona.aplauso


También quiero agradecer desde aquí el interés por mis escritos a José Vicente Pascual –a quien admiro muchísimo- y al ilustrador Mesamadero por el excelente trabajo que hizo con el dibujo que se editó con mi cuento.  Muchísimas gracias al periódico, al jurado, al secretario del mismo: Andrés Cárdenas y a su presidente: Melchor Sáiz-Pardo, director de Relaciones Institucionales de IDEAL.

soñando con los ojos abiertos - ¡Nuevo! Comella Firmet

 

Realidad de ficción

Realidad de ficción Cuando todo parecía que estaba tranquilo, cuando todo había terminado por fin, y estaban todas a salvo. Tranquilas y felices por aquel esperado final (tan y taaan esperado), cuando ya podían pegar ojo por las noches… ¡"Chas"! Una casualidad y sus vidas volvieron a ser un tumulto de preocupaciones.

Estoy narrando sobre dos abuelitas de pueblo : Rosarito y Asunción y de una de sus mayores aficiones, que es la telenovela de la sobremesa. Ellas se sienten muy identificadas con todos sus personajes y con los buenos ya ni os cuento... Viven y respiran por esta serie, durante la semana laboral esperan veintitrés horas y media al día para verla, y cuando llega el viernes se ponen de una mala leche de aupa, porque el fin de semana se les acaba la conversación, ya no tienen tema, ya no saben de qué narices hablar. Su mayor distracción se les ha terminado hasta el lunes, pero ellas le siguen dando vueltas y más vueltas a la escena final del viernes:
-Sí, Luís Alfredo Pedro José es un bestia, mira que tratar así a Estrellita Cristal María. - dice Rosarito con cara de preocupación.

- Claro, ¿tú no harías lo mismo? Pero la culpa no la tiene Luís Alfredo Pedro José, la culpa la tiene JS que es un cerdo. - le aclara Asunción.

- ¡Oh, sí, qué marrano el tío! - se desahoga Rosarito.

- Realmente si JS no hubiera metido cizaña entre ellos, no hubiera pasado nada de todo esto y Estrellita Cristal María sería feliz con el pobre chico. - sentencia la buena de Asunción.

- ¡Bueno pero está Topacio Kassandra que también es una mala pécora! ¿Eh? Que como está enamorada de Luís Alfredo Pedro José se cree con derecho a todo.

- Sí, sí, claro… - asume Asun.

- Ahora todo está al rojo vivo ¿Y el pobre hijo de Estrellita Cristal María?. Ese sí que me da pena. - se lamenta Rosarito.

- Sí, pero el hijo, Carlos Enrique Agustín tiene a Perla Abigail Mariana que es tan dulce…- le recuerda Asunción.

- Evidentemente, le hace de madre, es muy dulce y todo lo que tú quieras pero él no sabe quien es su madre y su padre verdadero.

- Yo creo que el padre es JS porque si no, no se entiende.

- Sí, ya lo acabamos deduciendo ayer Asunción…

- Sí, el malo, malo es JS - le dice Asunción muy convencida a su vecina Rosarito.

Hasta que se acaba el fin de semana y vuelve a ser lunes, y las pasiones se vuelven a encender, y las aguas vuelven a su cauce, otras en cambio... Se desbordan y provocan mares de lagrimas y lagrimas a mares. En fin si me dejo de metáforas, aclararé que los personajes se hacen toda clase de jugarretas a cual la más canalla. ¡Haber quién se hace la putada más gorda!, y las abuelitas disfrutan muchísimo y se deleitan a rabiar con todos estos embrollos, pero un día en el capítulo mil dos cientos cincuenta y ocho, se acaba todo.
Sí, JS la ha palmado por hijo de… ¡De su madre!, por todo lo que ha hecho, ya lo dice el proverbio: "El que la hace la paga". Estrellita Cristal María se casa con Luís Alfredo Pedro José y se compran un piso que compartirán con su hijo, ¡porque es suyo!, y también con su madre adoptiva Perla Abigail Mariana. En cuanto a Topacio Kassandra, bien, la chica desiste... Se cansa de tanta lucha, se hastía de perseguir a un amor imposible, tira la toalla y le dice a Estrellita : "¡Confítatelo, chama!”. Siempre habrá gente que no sabe perder…
Todo es perfecto, ni siquiera han pedido un crédito para pagar el piso. ¡Un diez para la serie, para la historia y los personajes buenos! Y, ¡adiós JS! ¡Ya no se nos volverán a atragantar los macarrones con tus fechorías!

Rosarito y Asunción lloran y lloran desconsoladas por el final. No se creen que este sea el día, son felices pero también desdichadas, porque... ¿qué verán en la tele a partir ahora durante las comidas? Sienten un gran vacío...

Días después de este lamentable suceso y para salir de la depresión la buena de Rosarito se va a la capital a comprar una lavadora nueva. Se desplaza con el autobús de línea y va toda ella muy distraída por las calles de la ciudad, pensando en sus quehaceres. A media tarde, cuando ya ha elegido lavadora, se ha dado un “garbeo”por la ciudad, ha almorzado, comido y merendado, se dispone a volver al pueblo con sus gallinas y sus conejos. Pero antes de llegar a la parada del bus pasa por delante del "Gran Hotel". Se queda allí, de pie, agarrada a su bastón, arrugando su respingona nariz y mirando aquel enorme y arquitectónico edificio. Lo mira con admiración. Observa con atención la puerta del "hall", que es de cristal y giratoria, entonces piensa: “Ai, si me cambiara la puerta de la entrada de casa por una como esta ... Las vecinas se morirían de envidia". Y observando, observando, de pronto sale alguien de esa puerta, quien le parece exageradamente familiar. Lo mira con detenimiento, lo conoce pero no sabe muy bien de qué, "yo a este lo conozco, ¿pero de qué?".

De repente se hace la luz, y la buena mujer se ilumina, no se lo piensa dos veces:

-¿JS? - grita en medio de la calle. Todo el mundo la mira, incluido ese hombre. Un hombre vestido con téjanos viejos, gorra, y gafas de sol de marca. Él se gira asombrado.

- ¿Eres tu? - pregunta Rosarito. Aunque ahora sí que no tiene ninguna duda.

- ¡Eh… Bueno… Emmm, pues, sí!

- No me lo puedo creer. ¡Eres tu, JS! - Rosarito está nerviosísima.

- Bueno en realidad soy Antonio Sords, soy actor y sí, interpreté a JS en la serie "Te quiero Estrellita".

- ¡Sí, claro ¡Pero eres un mal nacido! - le suelta así por las buenas.

- ¿Cómo? ¿Cómo dice? - el actor no da crédito a lo que acaba de oír.

- Mira que hacer lo que has hecho, sinvergüenza…

- Señora, cálmese. Soy una persona normal, no soy un perverso financiero, soy actor. Vivo en Venezuela, y estoy aquí de vacaciones.

- ¡Canalla! ¡Animal! ¡Aléjate de mi, aléjate, bruto! - grita Rosarito a la vez que comienza a darle con la bolsa del pan. – ¡Además! ¿Tu no estabas muerto? ¡Auxilioooo! ¡JS está vivo! ¡Ayúdenme!

- ¡Señoraaa, pero buenooo!!!… - Antonio, se aleja sin pensárselo. Está harto de que la gente no sepa distinguir entre ficción y realidad, los autógrafos los aguanta, porque son lo de menos, al igual que las miradas y algunos comentarios o cuchicheos insolentes pero estos numeritos le hacen pensar muy a menudo en dejar el mundo de la televisión y trabajar sólo en teatro.

Mientras se alejaba:

- Oye tú, si estás vivo, ¿quiere decir que habrá una segunda parte de "Te quiero Estrellita"?

Antonio la manda a paseo.

- ¡Oh! - exclama ella - ¡Realmente, es malvado el tipo!

Cuando llega al pueblo, sin perder ni un instante reúne a todas las vecinas, entre ellas a Asunción, claro, y las pone en sobre alerta:

- Atención, amigas, no podremos estar tranquilas, el mundo no está a salvo, la pobre Estrellita Cristal María nunca, nunca…- “marujea” ella mientras intenta no llorar. -¡Nunca será feliz! … ¿Por qué? ¡JS ha resucitado!

* Autora : Comella Firmet

El poderoso

El poderoso Desde luego él era el jefe, de eso no había duda. O al menos era lo que se le dejaba creer. Él pensaba que dominaba la situación. Que lo tenía todo controlado. Yo, a fin de cuentas, no era nadie en su inmensa estructura … En su organización, tan perfecta.

Era uno más, eso sí.

Supongo que para él era insignificante, pero no nos vamos a engañar, a la vez necesario. La verdad es que yo estaba muy harto de esa situación. Llevaba días planteándome salir de allí. Dar el gran "campanazo", por así decirlo … Estaba a punto de explotar. No estaba nada a gusto y aquello no se iba a sustentar mucho tiempo más.

Aunque claro, no podía dar la nota así por las buenas, tenía que controlarme. Aquella semana había sido muy mala, habían habido muchas tensiones. También había que ser un poco comprensivo, el hombre casi no había ni comido, había estado muy estresado y nervioso gestionando multitud de detalles para una reunión muy importante, que precisamente en ese momento estaba acabando. Y claro, no era buena ocasión para una cosa así. Estos temas era mejor tratarlos en privado.

Mientras, el hombre disimulaba, pero sabia perfectamente que yo estaba al limite de mi aguante, seguro que me lo había notado. Pues yo era transparente. Era un de mis tantos defectos de mi ser... No podía disimular. Supongo que él estaría nervioso porque de sobras se lo estaría viendo venir, no era tonto. De repente se empezó a inquietar un poco más, se sonrojó levemente incluso. Estaba incomodo.

Yo me crecí entonces. Podía ser insignificante en su vida pero si decidía despedirme de una forma poco discreta sé que él querría que se le tragara la tierra ya que quedaría realmente mal delante de sus nuevos clientes. ¡Menudo era el tío! Ego centrista y presumido … Egoísta. Un nuevo rico, alguien que sólo pensaba en quedar bien y en el qué pensarán.

Yo sabía de otros compañeros que se habían despedido con poco estilo y haciendo mucho ruido … Echando pestes … Pero nunca ninguno delante de tanta gente y en una situación tan comprometida. Yo podía darle entonces una lección … De hecho mi forma natural de ser y de actuar era más fuerte que mi voluntad … Y quizá por mucho que lo intentara al final no podría contenerme. ¡Menudos aires de grandeza tenía yo también!

La reunión marchaba bien. Eso seguro. Estaba siendo un éxito total. Pero él no las tenia todas consigo. A medida que pasaban los minutos su incomodidad e inseguridad iban creciendo, yo entonces estaba tan salido que ya me importaba todo un pimiento. Si la “liaba” le serviría de curita de humildad … Aprendería que no todo se puede controlar en esta vida … Que algo puede fallar, que se han de cuidar todos los detalles. Y que aunque no me tuviera en cuenta podía estropearle el día y la existencia con un solo desaire mío.

Yo sabía que apretaba el culo (con perdón de la expresión), sus ojos estaban fuera de órbita, le sudaban las manos. No sabía ni como ponerse en la silla. Una gota de sudor enorme empezó a resbalarle por la frente, haciendo esquí alpino en sus entradas. Le había cambiado la cara. Él sentía que yo la “haría” muy gorda, su intuición era un hecho.

Yo no podía con mi alma. Él pensó que levantándose y paseando por la sala se le pasaría el mal rato. Yo estaba en mi salsa, disfrutando. Y estaba tan a punto de caramelo que no pudo pasar un segundo más cuando, antes de que él pudiera volver a sentarse dejara ir el pedo más escandalosamente sonoro y putrefacto que se había tirado en mucho tiempo.

Y ese fue mi final, un claro ejemplo de la triste vida de cualquier gas, como yo.

* Autora: Comella Firmet

Por ella

Por ella 22 de Mayo de 1996.

Olvidado diario:

Hoy por fin, voy a volver a ser yo mismo, el yo de antes, sí, en este preciso instante puedo jurar que no voy a dejar de escribirte nunca más, porque por fin me he dado cuenta de que no me podía seguir haciendo tanto daño a mí mismo, bueno..., a mí mismo y a mis seres queridos.
La he abandonado, voy a comenzar una nueva vida sin ella, porque puedo hacerlo, estoy seguro de ello. Quizás suene un poco cruel, después de lo que hemos pasado juntos, pero es lo que más me conviene sin lugar a dudas, sí... Ahora sí que no tengo ninguna duda, la cruel era ella que me hacía la vida imposible sin que me diera por aludido, me hacía enceguecer y me apartaba de todo lo que quería, y quiero..., además me engañaba... Encima me engañaba, la muy..., me enzurronaba, me hacía creer que todo iba a ser mejor a su lado, se aprovechaba de mi desdichada situación y me hacía olvidar de mis espeluznantes y tristes problemas con su consuelo. Me atrapó, y de qué manera..., me sedujo como el diablo nos seduce con sus mañas, con todas sus armas: Su olor, su textura, sus vivos colores y sus formas...

Me hacía olvidar, lograba que me sintiera distinto, mucho menos desgraciado sobretodo... Yo pensaba entonces que ella había sido creada y pensada para mi boca, para mis labios que como si estuvieran poseídos la buscaban en todos los rincones. Primero todo empezó como un juego, pero con el tiempo, sólo le era fiel a ella, me olvidé de mi estupenda esposa, le hice tanto daño..., la dejé..., la dejaba sola por las noches mientras yo hundía mis gozos y pensamientos en el regazo de la otra. Con los días empecé a cambiar, me había vuelto otra persona. Y ella, para que no me cansara nunca, para que no la aborreciera, se citaba conmigo a distintas horas del día, en lugares insospechados, y cambiaba a menudo de imagen, jugaba a este juego porque vio que le daba resultado y me retenía a su lado. Un día iba de rubia, otro me provocaba teñida de rojo burdeos, muchas noches se mostraba fría, otras..., se me calentaba sola, sin casi darme cuenta, pero no por eso dejó de tenerme atrapado con su característico magnetismo. Cada noche acudía a su terreno, noche tras noche, algunos días como te he explicado antes, la veía a otras horas, pero no tardó en exigirme que quería más, que me quería para ella sola, a todas horas, querías poseerme en cuerpo y alma..., yo cedí a sus encantos nuevamente. No iba al trabajo, no jugaba con mis hijos, me cambió aún más el temple, sobre todo cuando no estaba con ella, y cuando lo estaba no era yo...
Incluso pensé en el divorcio, quería separarme de mi esposa..., pues no podía vivir sin la otra, loco andaba a su encuentro, sin pensármelo, y era feliz. Por unas horas era feliz, luego..., más tarde me daba cuenta de que quizás me estaba equivocando, y la idea del divorcio tenía menos furia en mis pensamientos. La vida me hacía daño, y ella era la única que me albergaba y me comprendía, ¡hum!, la única que me endulzaba, ella me recogía y me emborrachaba con su dulce miel. No era amor..., pero la deseaba como un desquiciado, que equivocado estaba diario, como pude caer en su trampa. ¡Cuántas cosas he dejado por ella, he tirado mi vida por el maldito retrete! ¿Cómo voy a recuperar a mi mujer ahora? ¿Y a mi familia?
Pero ya está, ya se han acabado esos días en que sólo me importaba estar con ella, a solas o con más gente, daba igual, pero no sin ella. Lo que más me gustaba es que nunca me pedía explicaciones de ningún tipo, nunca, ella se apoderaba de mí sin preguntar nada, accedía siempre a mi voluntad y a mis deseos..., me embriagaba tanto...
Pero hoy, hoy por fin puedo decir que la he dejado... He dejado la bebida.

* Autora : Comella Firmet

Y dejó escapar el tren

Y dejó escapar el tren Era una de esas mañanas que todos hemos podido tener alguna vez, posiblemente. Una de esas en la que vas caminando por la calle medio dormido, con las legañas y los calcetines del revés. Cabreado todavía con el despertador "made in Japan" y su titititiiiii toca narices.
Puede que después de darnos el gustazo de machacarlo con un golpe fiero y despiadado y con un:

- ¡Ostia! Calla yaaaaaaa …

Y después de pensar "cinco minutos más cinco minutos mássssss , sólo cinco minutos… ZzzZzz", y luego dormirnos, claro. Y dar entonces una buena justificación a dichas legañas y a esa cara de Póker de "no me hables que te muerdo", nada más entrar en la oficina. Y para colmo tener que ir esa misma tarde a comprar otro. Sin otro remedio … Luego al oírlo sonar a la mañana siguiente no saber cual de los dos era más asqueroso y desagradable.

Sí , quizás fuera una de esas. Una de tantas mañanas en las que Berenise había salido a la calle después de haber realizado casi sin saber cómo todos los procesos autómatas de cada día para salir "tan ella" de casa.

Una de esas mañanas en las que subes al tren… y lo ves. De repente… Uno de esos momentos mágicos en que tienes la visión más encantadora del corto y escaso día, que resulta ser la dosis de "marcha" que un café de Colombia no te podría dar ni de broma.

Él…

Con esa pose tan sensual, esa mirada que te hace renacer y sentir un cosquilleo eléctrico por todo el cuerpo. Con esa sonrisa que prometen todos los anuncios de dentífricos, con su chaqueta de piel marrón , entallada, con clase y no precisamente de "cordero de la meseta".

Y entonces…

(Intenciones y pensamientos - Berenise)

Es él. ¡Seguro! El padre de mis hijos. ¡ La persona que he estado esperando toda la vida !

¡Ui!

Me ha mirado.

(Narración - vista por Berenise)

Ahora él baja la cabeza y después me vuelve a mirar, dos segundos, tres… Me continua mirando… Ohhh. Pero yo no le puedo aguantar la mirada. Hago ver que miro por la ventana, me hago "la loca" como si él no me importara, como si el hecho que se hubiera fijado en mi me fuera del todo indiferente.

Mierrrrr - da.

Me acaba de pillar, me ha enganchado en plena repasada. Yo me miro las uñas. Él me mira de nuevo ahora, lo sé porque puedo sentir su mirada clavada por cada rincón de mi cuerpo. Me estremezco. Intento con valor aguantarle la mirada ahora… Pero acabo de nuevo mirándome la abuelita del asiento de al lado.

¡No soy capaz!

¡Me digo a mi misma que soy una idiota! Que así no se va a ningún lado. ¡De seguir así me quedaré para vestir santos! Ya me lo dice mi padre… Se me va a pasar el arroz.

Me gusta mucho. Pero no sé como iniciar una conversación con él. Ni que estrategia utilizar para que ésta anécdota no se quede sólo en eso. Me parece que yo también le gusto ¡Pero claro! Adivina…

…

Han pasado unos cinco minutos, supongo.

Él ya no me sigue el juego. Bien… Me lo he buscado. A éste paso la próxima Navidad tendré que seguir aguantando la fatídica pregunta de mi tía Enriqueta entre canalón y canalón "¿Nooo tienes noviooo?"

Falta muy poco para mi parada … Me bajaré enseguida.

No falta nada para mi parada.

La están anunciando ahora.

Yo me levanto, presumiendo con gesto delicado y coqueto. Paso por delante de él que aún sigue sentado y me mira con esa sonrisa. Pero… Sorpresa! Ahora se levanta.

¡Ja! Resulta que él también baja en la misma estación que yo.

… Quizá sea mi última oportunidad.

Él tiene la intención de salir por otra puerta. Justo la continua a la mía. Yo me lo miro embobada. El tren empieza a frenar.

Ahora frena del todo de una manera brusca.

Me balanceo…

Me sonrojo y seguidamente me preocupo porque no me haya mirado dos segundos antes pues la fuerza de la frenada casi me hace caer y un poco más y me como una barra de acero… Aún así yo sigo con mi pose de mujer fatal.

El avisador de las puertas indica que ya se pueden abrir. Alguien aprieta el botón y la mía se abre. La de él también.

Yo bajo, él ya ha bajado y va caminando delante de mí…

Lo seguiré - pienso. Iré detrás suyo y no lo perderé de vista.

Acelero el paso, intento caminar más deprisa y acercarme a él. Lo miro por los espejos del tren. Él no se da cuenta. Y cada vez camina más deprisa, no por mi… Supongo que tiene prisa.

Yo voy detrás soplando, no estoy en muy buena forma.

Me encantaría tocarle delicadamente la espalda y decirle algo bonito… O quizás gracioso y cautivador… Incluso presentarme con algo ingenioso. Pero si no he sido capaz de aguantarle la mirada aún menos de hacer una cosa así… Me resigno. Me compadezco… ¡Qué ilusa!

Pero lo seguiré, lo sigo sí. ¡Si lo seguiré hasta el fin del mundo!

Él gira por la calle Petrixol… Yo he de ir justo en la otra dirección. No lo sigo. ¡Ni de broma!

Llego tarde al trabajo.

* Autora : Comella Firmet

El favor

El favor Prácticamente acaba de llegar de comer. Pero yo ya estaba echando monedas en la maquina de cafés de la empresa, y no habían pasado ni diez minutos desde que había entrado por la puerta. Supongo que en el fondo lo que me pasaba es que tenia un pánico terrible a quedarme mucho rato a solas con Naya, mi compañera de trabajo. Pues no había llegado todavía ningún colega más al departamento y los jefes estaban de viaje. La verdad era esa, sí. Me volvía loco. Estaba terriblemente enamorado de ella. Bebía los vientos por sus ojos, por su sonrisa. Sus labios me hacían perder el norte …

Llevaba meses pidiédole una cita. La había invitado a cenar, a bailar, al cine, al teatro, a un concierto… A mil quinientos cafés… Y la respuesta siempre había sido NO.

Jamás un "ya veremos", o un "hoy no me va bien"... Para nada nunca me había dado una triste esperanza… Y lo más terrible y desesperador de todo, nunca me había dado una justificación para aquella respuesta negativa. Lo cual venía a decir que le importaba un pimiento yo y mis sentimientos así como lo que pudiera pensar.

En ese momento, entraba yo con mi café en vaso de plástico y cucharilla de palo, de plástico también, claro.

Y allí la vi, sentada, como el ser más maravilloso del mundo, escribiendo una carta para el subdirector, en su lugar de trabajo habitual. Me puse nervioso, para variar, y me entraron unas ganas terribles de ir al baño.

Tampoco entendía porqué estaba tan atontado, no era la primera vez que me quedaba solo con ella en la oficina… Tengo que reconocer que perdía los papeles e incluso me sentía ridículo cuando me dirigía a ella, últimamente me sentía terriblemente inseguro a su lado… Estaba locamente enamorado, sin duda.

Y todo ocurrió justo después de salir del baño, cuando iba a sentarme en mi escritorio y de repente ella se volvió hacia mi y me dedico la sonrisa más cautivadora del mundo. Yo, claro, no sabía que es lo que la había motivado, pero me gustó a la vez que me sedujo de cabo a rabo. Sin querer, se me fueron los ojos a su corta falda y a sus largas piernas. Dios! " Si pudiera acariciarlas" pensé. Era una diosa autentica.

Ella seguía sonriendo y me miraba fijamente. Se humedeció los labios. Estaba tan sexi…

Se tocaba el pelo, parecía como si lo hiciera porque supiera que a mi me recorría una llama por dentro cada vez que lo hacia. Y balanceaba sus piernas como jugando a algo que no acertaba a entender ni casi a creer.

De repente se levantó lentamente y empezó a dirigirse a mi, a acercarse…

- Naya… - pronuncié tímidamente.

Ella me cogió del brazo, presionando mi bíceps izquierdo con firmeza pero con suavidad y con ese gesto me acercó a ella.

- Mad - Me susurró al oído.

- Qu - é?- Contesté yo muerto de miedo con voz entrecortada.

- Tengo algo que decirte…

No entendía nada, tenia el cuerpo totalmente paralizado de arriba abajo, bueno quizás no todo… (Mi amíguete el del primer piso iba loco por subir a la suite del ático y tirar fuegos artificiales) Pero yo… Yo, estaba atónito. Sentía un calor tremendo por todas las partes de mi cuerpo. Me sonrojé pues pensé incluso que ella se iba a dar cuenta de lo nervioso que estaba.

- Maaaaad - Volvió a repetirme cerca de la oreja. Luego me pegó un mordisco en el lóbulo de ésta, que me hizo estremecer del todo. - Ummmmmm - Exclamó. - Dios! No podía creerlo.

- Tengo que decirte algo - Volvió a repetir.

- Hoy es tu día… Te voy a hacer un favor. Y ya sabes que no suelo hacer favores…

- Ufffff … Dejé ir yo sin contemplaciones.

- Debo decírtelo ahora, pues podría ser tarde si te lo digo en otro momento…

- Naaaaya - repetía casi sin aliento y con tono bajo.

- Es de vital importancia que te lo diga ahora mismo…

Yo no podía articular sílaba alguna, estaba poseído por ella. Que estaba totalmente pegada a mi, presionando sus perfectos pechos contra mi tórax. Me había llevado a su terreno. Me tenía contra la pared, completamente desquiciado por sus caricias y sus besos. Me besaba como nunca me había besado nadie, quizás fuera porque había deseado tanto esos labios que me parecían únicos. Con cada beso me quitaba un suspiro. El calor de su lengua …

No paraba de rozarme, de provocarme, de insinuarse con sus fogosos acercamientos … Su respiración …

Hubiera estado respirando de aquel calor toda la vida. Hubiera querido congelar ese aliento y guardarlo en mi congelador hasta el fin de mis días… Sí, realmente estaba loco, lo sé. Pero por ella.

Me rodeaba con sus piernas, envolviéndome con su sensualidad y su excitación

Yo no pude contenerme y le puse las manos en su redondo trasero… Estaba duro. Tuve incluso medio segundo para suponer que debía ir al gimnasio al menos una hora al día. Estaba totalmente enloquecido por el momento.

Naya empezó a bajar lentamente. Y no dejaba de decir:

- Tengo que decírtelo Mad… Tengo que hacerlo cielo…

Si hubiera tenido suficientes fuerzas habría gritado "Dimélo ya", pero no podía ni tenerme en pie, me temblaba todo. No tenía tiempo más que en pensar en "Poséeme, poséeme…"

Ella seguía bajando por mi cuerpo, besándome por debajo de la camisa, de la cual ya no estaban todos los botones abrochados … Ahora me lamía el ombligo …

- Oh Naya… Porque has tardado tanto… uuuum Nnna… - No pude ni acabar de pronunciar su nombre, la excitación me podía…

Naya seguía con su juego, se dirigía decidida pero sin prisa al centro de mis pasiones, se dirigía a él, sí sí sí…

- Maaaaaad

- Dime…

Estaba justo entonces posada en el principio de mi pantalón. Cuando lo soltó sin más:

- Tienes la bragueta bajada cariño! Te olvidaste de subírtela cuando saliste del W.C. - Y con una sonrisa similar a la que me había dedicado minutos atrás se alejó de mi de golpe y porrazo, con frialdad y gesto diabólico. Me guiñó un ojo y se volvió a sentar en su escritorio sin dudar en empezar a mecanografiar la carta que supongo estaba apunto de terminar.

Yo me quedé allí de piedra, con mi calentón, alucinado. Dejó de gustarme para siempre…

* Autora : Comella Firmet (Vanessa López Vilà)

Se busca editorial

Se busca editorial "Nadie es idéntico", el primer libro de relatos de Comella Firmet buscará editorial para el 2005. A ver si hay suerte y sus majestades los reyes magos de oriente le traen a casa un editor atrevido que apueste por sus 17 historias de corte humorístico ;) De momento todas ellas pasaron ayer por el "Registro de la Propiedad Intelectual". Así que ahora sólo queda decir : ¡Valor y al toro!

Comella Firmet
firmet@yahoo.es

Historia de una infidelidad

Historia de una infidelidad Estaba entre la espada y la pared.
Realmente. Aunque a ratos no lo encontraba tan terrible... Hay personas que hubieran soñado con disfrutar de la situación que estaba viviendo... Que pagarían por tener lo que yo tenia y por tener que tomar un camino u otro.Yo era incapaz de elegir... Primero estaba Pasión... con un tanga rojo verbena, y unos zapatos de tacón, desviviéndose por llamar mi atención... Loca por poseerme. Provocándome y seduciéndome día a día. Utilizando la imaginación para retenerme... Sorprendiéndome en cada cita.Y luego, ahí estaba Amor... No. A ella no le gustaba el rojo... decía que el rojo era de "putón" de terceras y usaba braguitas blancas con lacitos rosas... Bueno, no era lo mismo pero tenía su encanto. Al igual que sus mocasines marrones.Amor me decía cosas dulces al oído, me mimaba... Cuidaba de mi... Cuando me sentía desgraciado, allí estaba ella... Con sus mimos y unos spaghetti a la carbonara...Con Pasión nos íbamos de copas... A bailar...Teníamos sexo encima de la lavadora y de pie en el ascensor. Y muchas veces! Hacíamos mucho ruido, y yo en los momentos de placer gritaba como un loco y la llamaba por su nombre entero:- Pasión! Oh sí Pasión! Eres increíble, increíble! Oh Pasión!!! Pa- pa- paaa... Maria de las Pasionessssss!!! - Luego mordía la almohada para no asustar a los vecinos…Con Pasión era diferente… Era un reto, una diversión… De vez en cuando íbamos a la playa y luego nos quedábamos dormidos allí hasta que venía la primera "maruja" y nos plantaba el parasol en la cabeza....Con Amor llevaba el parasol a la playa... Íbamos al cine. Casi todos los domingos salíamos a pasear... Y nos tomábamos una Coca-Cola en una terraza del puerto. Siempre la misma mesa. Siempre el mismo camarero con el diente dorado...Y los silencios eran normales... Demasiado. Pero de repente con cualquier cosa, ella me sonreía y comprendía porque ella era Amor.Y quizá si no tenía dolor de cabeza o no le había bajado la regla. Hacíamos el amor en mi viejo Ford ... Amor era mía ... Sólo mía. Y la quería... Sin duda. Me había costado muchos esfuerzos y sufrimientos llegar a ese punto de la relación. Aunque no fuera como lanzarse en paracaídas de la emoción.Si! Quería pasar todo el resto de mis días con ella... Me daba tanta paz, tanto equilibrio. Era tan feliz a su lado. Su olor… Sus caricias y su dulce voy… Era mi nena, mi ángel. Estaba seguro!Bueno, casi. Porque entonces me llamaba Pasión, antes de salir del trabajo ...Y me decía que me iba a esperar en plaza castilla... Que se moría de ganas de recorrer cada poro de mi cuerpo con su lengua… Y entonces no! Entonces Amor pasaba a un segundo plano. Porque yo sin Pasión no podía vivir.Así pues , si Amor me mandaba por casualidad un mensaje al móvil... Yo muy rápidamente le mentiría diciéndole que iba a salir muy tarde del despacho esa tarde y que sería imposible que me pudiera pasar por su casa ese día... Y Amor me resoplaría y me diría que la culpa es mía por no hablar claro con mi jefe… Que soy un blando. Y yo … aguantaría el chaparrón y encima me sabría fatal porque en el fondo me siento como un cabrón. Soy un cabrón! Y la madre de Amor tendría que guardar el solomillo al Roquefort en un "tupper", ya que esa noche tampoco iba a cenar con ellos.Y después de herir los sentimientos de mi familia política yo me encontraba en secreto con Pasión … E íbamos a un hotel … Ella siempre iba depilada… Y mientras llegábamos al orgasmo los dos, exhaustos, inmensos de placer! Y Pasión estaba encima mío con ese cuerpo tan perfecto… Yo de repente me acordaba de Amor y no entendía porqué… Bueno sí, porque la quería … Y de repente me acordaba de que Amor a veces tenía muchos pelillos en las piernas y en las ingles… Pero no me importaba tanto.Y al día siguiente, iba un poco arrepentido a buscarla a la tienda donde trabajaba, con unas flores de la gasolinera y le decía -cariño- en todo momento. Y bueno… Pues venga! Volvía a ir a un hotel… Y nos queríamos en una cama de colchón blando y muelles chirriantes durante... durante… Supongo que durante una sola vez… Yo deseaba que nos quedáramos allí, dormidos los dos. Pero a ella le daba vergüenza y decía que sus padres no lo entenderían porque eran unos "carcas" … Yo protestaba y le ponía cara de pocos amigos. Luego como un rayo de luz que se cuela por la persiana por las mañanas me acordaba de mi salvaje y alocada Pasión… Ella se hubiera quedado el tiempo que hubiera hecho falta pero no me hubiera dejado pegar ojo… Y seguramente después del tercer polvo yo hubiera querido que ella se fuera … Porque necesitaba quedarme conmigo mismo.Si no controlaba la situación el rayo se iba a convertir en una lámpara "hal.logena"… Yo cada día estaba más majareta.Y los días pasaban. Los meses…Cada día estaba más confundido. Por más que lo sopesaba, no había "tu tía" de decidirme por una de las dos.Amor o Pasión?A-m-o-r?…P-a-s-i-ó-n?…Uf !Estaba en medio. La espada…La pared……Una me daba seguridad, y la otra, la espada -más clavada cada día- me hacía sentir vivo… Y se me había clavado de que manera! Pero la pared… Yo era de la opinión de que todo lo que entraba tenía que salir. Aunque se te hubiera clavado como un cuchillo... Pero ahí estaba yo. Sin poder decidir. Qué era mejor? Yo sabia que era mi obligación decidirme por una de las dos. Lo sabía. No podía andarme con esos juegos... Al final acabaría quemándome. No me reconocía…Pero es que era tan complicado...Yo estaba loco por Pasión. Pero no podía vivir sin Amor...Amor no me daba lo que me daba Pasión ... Y Pasión no era muy amorosa que dijéramos... A ella le iban más las miradas salvajes y las sabanas de raso... Las noches de fuegos artificiales...A Amor le gustaban los atardeceres... Las velas. Las caricias antes de los coitos... Los besos tiernos y suaves...Me estaba volviendo loco!No tuve otra elección.Después de muchas noches sin dormir y miles de dudas… De muchos meses tanto de satisfacción como de preocupación, dejé primero a Pasión y luego a Amor… Nunca les confesé todo aquello, ni existencia la una de la otra, pues tampoco lo sospechaban… Y para qué hacerlo más complicado y doloroso? Sólo les dije que estaba confundido … que me iba con Soledad, así las dos pasarían a odiarme y podrían olvidarme más fácilmente. Mientras, yo, me quedaría conmigo mismo e intentaría encontrarme … No les había mentido tanto … Porque me había quedado solo.

Autora : Vanessa López Vilà / Comella Firmet

El don del desdichado

El don del desdichado Abc, era un niño que se hizo hombre de una manera muy particular, porque creció ejerciendo un habito que sin él saberlo marcaría su vida para siempre. Al pequeño no le costó nada empezar a hablar, y luego fue tanto el gusto que le producía aquello, que charlaba y charlaba sin parar. Sus padres estaban encantados, y al ver que tenía tanta facilidad para ello, al igual que para leer y escribir, pensaron que era un niño prodigio y le regalaron un diccionario de lengua española, con sólo cuatro añitos.

Pronto Abc se sabría un montón de nuevas y complicadas palabras y con menos de cinco años hablaría como un catedrático, pero era tanto el afán, era tal el fanatismo con su diccionario de bolsillo, que pronto comenzaría a aprenderse las definiciones de las palabras más rebuscadas y cultas.

El diccionario se convirtió en su mejor amigo, en el mejor o, mejor dicho, el único de sus vicios. Para él no existía la televisión, ni los juegos, ni los amigos..., nada, el pequeño disfrutaba inmerso en las miles y miles de definiciones y cada día se aprendía dos o tres paginas enteras desde "contagiar" hasta "contorsión" sin ir más lejos. Pero pronto dejaría de hablar por palabras y las cambiaría por definiciones. Si tenía hambre decía:

- Mamá quiero ,"Tomar la comida principal del día" - que quería decir que tenía ganas de comer. Si estaba en el colegio y deseaba ir al baño:

-¡"Persona que ejerce o enseña una ciencia o arte", tengo pipí! - lo malo era que antes de que el profesor lo hubiera entendido, ya se había orinado encima. ¿Y lo imagináis haciendo migas con otros niños?

- ¿Me dejas la "Bola esférica u ovoide, de goma, de trapos comprimidos o de goma apretada con hilos o cuerda, generalmente forrada de cuero o paño que sirve para jugar con ella"? - preguntaba él como si hubiera hecho la pregunta más normal del mundo. Naturalmente los niños boquiabiertos le dejaban la pelota pero también le dejaban más solo que la una, aunque entonces esto no era un problema. Al principio hacía gracia que un niño tan pequeño pudiera tener tal capacidad.

Los profesores lo alababan. Sus padres lo adoraban, estaban tan orgullosos de su "Abedecito"... La tía Florentina por cada definición le compraba un caramelo, y el resto de familiares le iban a visitar como aquel que iba al zoo. "Es que es tan mono, ¡y hace tanta gracia!", decían sus abuelos.

Pero con los años el niño mono comenzó a resultar pesadito, y encima tenía todos los dientes picados. Su juventud sería traumática porque las cosas que en un principio hacían que la gente lo admiraba, ahora los alejaban como si padeciera de locura, pues le harían perder muchas compañías. O, para ser más precisos, no encontrar a mucha gente que lo aguantara.

El joven Abc no ligaba, sólo os digo eso. Las chicas huían sin contemplaciones al oírlo hablar. Ya lo dice mi abuela: "por la boca muere el pez". No tenía amigos, porque, ¿os lo imagináis contando chistes, o siguiendo una conversación?

Las entrevistas de trabajo eran un desastre, más de uno se había dormido leyendo su currículum.
¿Es qué lo creéis capaz de hacer una instancia? Además, el pobrecito no tenía unas notas como para enmarcarlas. Y es que en los exámenes, para responder a una pregunta, te escribía la “Larousse en color”. Los profesores se ponían enfermos y nunca le daba tiempo de contestarlas todas, por supuesto. Aquello que pareció un don al principio, ahora era una maldición. Él ya intentó redimirse ya, pero era imposible y llegaba Junio y con el rabo entre las piernas y mirando los baldosines del suelo les decía a sus padres:

- “Me han negado la aprobación hasta nuevo examen” de seis “Materias que se enseñan en un instituto docente que forman junto a otras, un plan de estudios académico”, concretamente “Lenguaje de una nación o común a varias”, “Ciencia que trata de la cantidad ya sea en abstracto, ya sea en relación a objetos o fenómenos determinados: Puras, mixtas, aplicadas...”, también “Conocimiento de las cosas por sus principios y causas”... - bueno lo corto por aquí no nos den las uvas. Y todo esto para decir que había pegado la cateada del siglo: Lenguaje, Mates y Ciencias entre otras... ejem, o todas.

Pues, si era así explicando que lo había suspendido. Poneros en su piel a la hora de invitar a una chica a salir. Pero tuvo suerte y un lunes una chica le dio conversación, se fascinó por su forma de ser y le siguió el juego, le rió todas las gracias aunque no sabía que esa forma de hablar no era una parodia si no un problema muy serio. Estuvieron muchos meses saliendo, ella le susurraba “Eres tan especial”, cerca del óvulo de su oreja, él le decía:

- Mi “Organo central de la circulación de la sangre, que en los animales inferiores es la simple dilatación de un vaso y en los superiores es musculoso, contráctil, y tiene dos, tres o cuatro cavidades, llamadas aurículas las superiores y ventrículas inferiores”, estalla cuando estoy junto a ti.

Después de esto, el par de tortolitos duraron poco más porque un día cuando la monótona rutina llega a la relación y hace que el ambiente sea tenso y surja la primera crisis emocional, ella le dice a él:

- Abc, ¿tú qué sientes realmente por mi?

- Ya lo sabes.

- No. No lo sé.

- Siento “vivo afecto o inclinación hacía una persona o cosa. Apasionado afecto hacía una persona. Persona amada” - ¡Forma fácil de decir que sentía amor hacia ella!

- ¡A eso me refiero, eres como una maquina, ya no me hace gracia esta forma de ser tan, tan… ¡Tan tuya! ¡eres tan frío!

- ¡Pero yo te “Tener amor a seres sobrenaturales. Desear, aspirar al conocimiento y disfrute del ser amado”! – Era su forma de decir que la amaba.

- ¡Eres patético Don Definición! ¿Es qué no dices nada con sentimiento propio? Todo lo recitas de carrerilla, ¿y dónde está el alma? – le preguntó ella sin compasión.

- A vosotras las “Personas del sexo femenino”, no hay quien os entienda. Le soltó él, haciéndose el hombretón. Y se quedó tan ancho.

No era frío sólo desdichado. Muchas mujeres lo llevarían a la silla eléctrica por su última frase y pensarán que todo lo que le pasó después de esto se lo merecía, pero su novia también fue cruel y en cuanto a él, ¿quién no ha dicho alguna estupidez en alguna que otra descabellada discusión? No, nadie se merece lo que le sucedió o al menos alguien como él.

Su madre, un trágico día, tuvo la desdicha de caerse bajando las escaleras del edificio donde vivían. La progenitora de Abc gritaba abatida y aterrorizada mientras rodaba escalón tras escalón. Abc lo oyó, y todo lo deprisa que pudo corrió a llamar a una ambulancia. El problema no fueron sus piernas, ni la rapidez con que marcó el número de urgencias... El problema fue:

-¿Señorita? Necesito una “Automóvil con camilla e instrumental de primeros auxilios para transportar heridos y enfermos”, es “Apremiante, que ha de ejecutarse con prontitud”.
- ¿Es una broma? Oye chico. Aquí trabajamos muchísimas horas, salvamos vidas, ¿sabes? No estamos para bromitas.

- No, no, señorita mi “Hembra que ha parido. Hembra respecto de su hijo o hijos” necesita “Acción de ayudar. Efecto de ayudar. Persona o cosa que ayuda”.

- Voy a colgar niñato, búscate otra distracción. – le dijo la enfermera de recepción a Abc. No entendía que le estaba pidiendo ayuda, que necesitaba una ambulancia, que su madre había tenido un accidente.

- Es que ha tenido “Lo que altera el curso regular de las cosas, suceso eventual, especialmente desgraciado. Indisposición que repentinamente priva de sentido o de movimiento”.

- “Ti-ti-ti-ti-ti-ti-ti-ti-ti-ti...”

Esa ambulancia nunca llegó, la madre de Abc, murió de un derrame cerebral. Al cabo de unos meses, el padre de Abc, también falleció, pues después del trágico final de su esposa, él estaba muy desmejorado, se abandonó, dejó la faena... Deseó tanto la muerte que la consiguió, dejando huérfano a Abc. Su padre había muerto de pena y Abc se sentía culpable. Pero, ¿y ahora qué?, ¿qué pasaría con aquel hombre con habla de niño prodigio? Desdichado fue también su final. Al igual que el de sus padres. Lo mismo que su don, que resultó ser su cruz. Abc no tuvo opción, no podía trabajar, ni estudiar, ni sobrevivir; no era admitido en la sociedad, pero si en el lugar donde ingresó y vivió feliz, un pequeño convento de monjes perdido por las bellas tierras de Palencia. Y aún estará allí, protegido por sus miembros, y, sin lugar a dudas, querido, si acata el voto de silencio.

* Autora : Vanessa López Vilà / Comella Firmet

Intríngulis

Intríngulis Había una vez un afortunado que trabajaba como un desesperado para mejorar en la vida, jugaba y era participe de todas las loterías, concursos, y premios habidos y por haber, pero jamás de los jamases le tocó ni un miserable duro. El afortunado dejo de creer en la suerte y la fortuna, y puso todas sus esperanzas e ilusiones en prosperar con su trabajo, que para colmo de los colmos era el de supervisar la máquina que hacía billetes de diez mil pesetas para el Banco de España.
Pero un buen día al salir del trabajo, cuando iba muy ensimismado y decaído, mientras se dirigía a su casa ofuscado en sus disgustos y preocupaciones. Al lado de un excremento de Chiguagua, en el hoyo de un árbol de propiedad municipal, se encontraba un billete de mil “pelas”, que no hubiera ni visto si no hubiera pisado la caca. “Crec”, se oyó a sus pies.
- ¡ Mierda! –exclamó el afortunado.
No se equivocó mucho, había pisado de pleno aquel regalito que había dejado a su paso el agraciado perro. Pero el enojo le duraría poco.
- ¡Os, os… Ostras! –gagueó el afortunado.
Velozmente y con galanura cogió el billete verde y lo miró asombrado... Pero...
- “¡Chas” – se oyó. Y una humareda lo envolvió. -¡Ostras, ossstras! – volvió a balbucear.
- ¡Hola, soy la Primi, soy la oportunidad de tu vida. Te voy a conceder el deseo de tus sueños.
- ¡Ostras, ostras, ostras… - dijo muy lentamente mirando a la hada de arriba a bajo.
Demasiadas emociones para el afortunado:
- ¡Cálmate, esto no está pasando, estás muy estresado, sufres alucinaciones o quizás somnolencia yo que sé. – se comenzó a autoconvencer.
- ¡Eh, tú! Puedes pedirme lo que quieras, con gran gusto te lo concederé.
- Bien, ¿dónde está la camara? – preguntó él haciéndose el matachín.
- ¿La cámara? – repitió perpleja Primi.
- La cámara oculta, ¿para qué programa televisivo es esto? – se impacientaba él con sus conjeturas.
- No. No lo entiendes, yo soy Primi y tú me puedes pedir cualquier cosa.
Primi tuvo que convencer al afortunado de que todo aquello estaba pasando, de que no era una broma y de que no sólo existían las hadas en las películas de Walt Disney. Cuando estuvo convencido:
- Bien, pues… No tengo ni idea de lo que quiero, he soñado toda mi vida con tantas y tantas cosas… - confesó.
- Bien cielo, pero tienes que pedirme algo. – se comenzaba a extasiar la hada que nunca había tenido que convencido a nadie para realizar su gratificante trabajo.
- ¡Ay no sé, no sé! – murmuraba el indeciso.
Le esperaban muchas otras batallas psicológicas a la generosa de Primi. Y pasaban las horas…
- ¿Y un coche? – le daba ideas la hada.
- Bien, podría pedir un coche, pero… Tendría que pagar el seguro, y el impuesto de matriculación, y me tendría que sacar el carné, además la gasolina está por los cielos, y…
- ¡Vale, vale! – le frenó ella.
- Podría pedirte mucho dinero, mil millones o miles de miles de millones pero, ¿qué pasaría?, que me saldrían amigos hasta debajo de las piedras, y los familiares que creía que estaban muertos me vendrían a visitar, por supuesto los tendría que invitar a comer… Hacienda iría a por mi, la declaración me saldría a pagar, y también me harían ingresar un veinticinco por ciento de IRPF por toda mi fortuna… bueno no estoy seguro de esto último y por lo tanto tendría que pagar a un asesor. Tendría que mudarme a Andorra o a Suiza, por supuesto, y… Bueno no sigo.
- Eres demasiado ambicioso para ser rico… - le soltó ella poniéndose las manos a la cabeza.
- Quizás te pida chicas… Pero las mujeres cuando formalizan las relaciones te piden una casa de quinientos metros cuadrados, un lavavajillas, que si joyas…, ¡uf!, no no, nada de mujeres.
- Un “pelin” exagerado, ¿no? ¿Por qué no pides poder y acabamos?, llevamos aquí cinco horas y media.
- Poder…, poder, po-der, pooooooderrr, ¡sí, está bien el poder! Suena deliciosamente bien, porque con el poder viene todo lo demás, los coches, el dinero, las chicas…, ¡bah!, no estaría mal… - decía dubitativo.
- ¡Perfecto, marchando una de poder! – se anticipo la hada que comenzaba a tener unas ojeras de antología.
- Pero… - le cortó el pesado del afortunado. – Con el poder viene todo eso más todos los problemas de antes multiplicados con los que conlleva el poder, porque el poder no viene solo, ¿no?. Digo yo que tendrá sus inconvenientes. Y no serán pocos, ¿verdad? – prosiguió.
- Buena reflexión. ¿Y belleza? ¿No te gustaría ser más guapo? ¿Dejar de tener defectos?
- Mira Primi, tienes buenas ideas, eres buena, realmente buena. – La piropeó él.
- Gracias, llevo años ejerciendo…
- Ya que lo dices podría cambiar mi nariz, el color de mi pelo, mis ojos…, la medida de alguna “cosa”...
- El carácter también si quieres. – añadió sin indirectas Primi que tenía al afortunado atragantado.
- ¡Oye tú!, ¿qué insinúas? – se molestó el chico. – No. No quiero cambiar nada de mi aspecto ni de mi forma de ser, tampoco deseo ser un lumbreras, me saldrían muchos enemigos, porque hay mucho envidioso suelto, ¿sabes?
- Pero podrías triunfar mucho más en la vida, piensa en ello, además esto del culto al cuerpo se lleva mucho en los noventa.
Y se hizo de noche…

- Me encantaría poder vengarme de alguien.
- Puedes hacerlo, pero… ¿En que estás pensando? – se alarmó Primi que no le gustaba hacer servir su don para realizar fechorías.
- No nada, nada, era por decir algo como hace una hora y cuarto que no me hablas.
Al alba:
- ¿Sabes qué te digo? Que yo quiero ser ultrajosamente feliz. ¿Me puedes devolver las mil “pelas”?
Primi desapareció sin despedirse dejando al afortunado con su billete de tres ceros en la mano, de pie en la acera. Él comenzó a caminar sonriente mirando su petición como si fuera una galguería. A lo lejos se oyó:
- ¡Idiota!
Era una voz femenina. El afortunado se giró, pero allí en la calle ya no había nadie.

* Autora : Vanessa López Vilà / Comella Firmet