Abc, era un niño que se hizo hombre de una manera muy particular, porque creció ejerciendo un habito que sin él saberlo marcaría su vida para siempre. Al pequeño no le costó nada empezar a hablar, y luego fue tanto el gusto que le producía aquello, que charlaba y charlaba sin parar. Sus padres estaban encantados, y al ver que tenía tanta facilidad para ello, al igual que para leer y escribir, pensaron que era un niño prodigio y le regalaron un diccionario de lengua española, con sólo cuatro añitos.
Pronto Abc se sabría un montón de nuevas y complicadas palabras y con menos de cinco años hablaría como un catedrático, pero era tanto el afán, era tal el fanatismo con su diccionario de bolsillo, que pronto comenzaría a aprenderse las definiciones de las palabras más rebuscadas y cultas.
El diccionario se convirtió en su mejor amigo, en el mejor o, mejor dicho, el único de sus vicios. Para él no existía la televisión, ni los juegos, ni los amigos..., nada, el pequeño disfrutaba inmerso en las miles y miles de definiciones y cada día se aprendía dos o tres paginas enteras desde "contagiar" hasta "contorsión" sin ir más lejos. Pero pronto dejaría de hablar por palabras y las cambiaría por definiciones. Si tenía hambre decía:
- Mamá quiero ,"Tomar la comida principal del día" - que quería decir que tenía ganas de comer. Si estaba en el colegio y deseaba ir al baño:
-¡"Persona que ejerce o enseña una ciencia o arte", tengo pipí! - lo malo era que antes de que el profesor lo hubiera entendido, ya se había orinado encima. ¿Y lo imagináis haciendo migas con otros niños?
- ¿Me dejas la "Bola esférica u ovoide, de goma, de trapos comprimidos o de goma apretada con hilos o cuerda, generalmente forrada de cuero o paño que sirve para jugar con ella"? - preguntaba él como si hubiera hecho la pregunta más normal del mundo. Naturalmente los niños boquiabiertos le dejaban la pelota pero también le dejaban más solo que la una, aunque entonces esto no era un problema. Al principio hacía gracia que un niño tan pequeño pudiera tener tal capacidad.
Los profesores lo alababan. Sus padres lo adoraban, estaban tan orgullosos de su "Abedecito"... La tía Florentina por cada definición le compraba un caramelo, y el resto de familiares le iban a visitar como aquel que iba al zoo. "Es que es tan mono, ¡y hace tanta gracia!", decían sus abuelos.
Pero con los años el niño mono comenzó a resultar pesadito, y encima tenía todos los dientes picados. Su juventud sería traumática porque las cosas que en un principio hacían que la gente lo admiraba, ahora los alejaban como si padeciera de locura, pues le harían perder muchas compañías. O, para ser más precisos, no encontrar a mucha gente que lo aguantara.
El joven Abc no ligaba, sólo os digo eso. Las chicas huían sin contemplaciones al oírlo hablar. Ya lo dice mi abuela: "por la boca muere el pez". No tenía amigos, porque, ¿os lo imagináis contando chistes, o siguiendo una conversación?
Las entrevistas de trabajo eran un desastre, más de uno se había dormido leyendo su currículum.
¿Es qué lo creéis capaz de hacer una instancia? Además, el pobrecito no tenía unas notas como para enmarcarlas. Y es que en los exámenes, para responder a una pregunta, te escribía la Larousse en color. Los profesores se ponían enfermos y nunca le daba tiempo de contestarlas todas, por supuesto. Aquello que pareció un don al principio, ahora era una maldición. Él ya intentó redimirse ya, pero era imposible y llegaba Junio y con el rabo entre las piernas y mirando los baldosines del suelo les decía a sus padres:
- Me han negado la aprobación hasta nuevo examen de seis Materias que se enseñan en un instituto docente que forman junto a otras, un plan de estudios académico, concretamente Lenguaje de una nación o común a varias, Ciencia que trata de la cantidad ya sea en abstracto, ya sea en relación a objetos o fenómenos determinados: Puras, mixtas, aplicadas..., también Conocimiento de las cosas por sus principios y causas... - bueno lo corto por aquí no nos den las uvas. Y todo esto para decir que había pegado la cateada del siglo: Lenguaje, Mates y Ciencias entre otras... ejem, o todas.
Pues, si era así explicando que lo había suspendido. Poneros en su piel a la hora de invitar a una chica a salir. Pero tuvo suerte y un lunes una chica le dio conversación, se fascinó por su forma de ser y le siguió el juego, le rió todas las gracias aunque no sabía que esa forma de hablar no era una parodia si no un problema muy serio. Estuvieron muchos meses saliendo, ella le susurraba Eres tan especial, cerca del óvulo de su oreja, él le decía:
- Mi Organo central de la circulación de la sangre, que en los animales inferiores es la simple dilatación de un vaso y en los superiores es musculoso, contráctil, y tiene dos, tres o cuatro cavidades, llamadas aurículas las superiores y ventrículas inferiores, estalla cuando estoy junto a ti.
Después de esto, el par de tortolitos duraron poco más porque un día cuando la monótona rutina llega a la relación y hace que el ambiente sea tenso y surja la primera crisis emocional, ella le dice a él:
- Abc, ¿tú qué sientes realmente por mi?
- Ya lo sabes.
- No. No lo sé.
- Siento vivo afecto o inclinación hacía una persona o cosa. Apasionado afecto hacía una persona. Persona amada - ¡Forma fácil de decir que sentía amor hacia ella!
- ¡A eso me refiero, eres como una maquina, ya no me hace gracia esta forma de ser tan, tan
¡Tan tuya! ¡eres tan frío!
- ¡Pero yo te Tener amor a seres sobrenaturales. Desear, aspirar al conocimiento y disfrute del ser amado! Era su forma de decir que la amaba.
- ¡Eres patético Don Definición! ¿Es qué no dices nada con sentimiento propio? Todo lo recitas de carrerilla, ¿y dónde está el alma? le preguntó ella sin compasión.
- A vosotras las Personas del sexo femenino, no hay quien os entienda. Le soltó él, haciéndose el hombretón. Y se quedó tan ancho.
No era frío sólo desdichado. Muchas mujeres lo llevarían a la silla eléctrica por su última frase y pensarán que todo lo que le pasó después de esto se lo merecía, pero su novia también fue cruel y en cuanto a él, ¿quién no ha dicho alguna estupidez en alguna que otra descabellada discusión? No, nadie se merece lo que le sucedió o al menos alguien como él.
Su madre, un trágico día, tuvo la desdicha de caerse bajando las escaleras del edificio donde vivían. La progenitora de Abc gritaba abatida y aterrorizada mientras rodaba escalón tras escalón. Abc lo oyó, y todo lo deprisa que pudo corrió a llamar a una ambulancia. El problema no fueron sus piernas, ni la rapidez con que marcó el número de urgencias... El problema fue:
-¿Señorita? Necesito una Automóvil con camilla e instrumental de primeros auxilios para transportar heridos y enfermos, es Apremiante, que ha de ejecutarse con prontitud.
- ¿Es una broma? Oye chico. Aquí trabajamos muchísimas horas, salvamos vidas, ¿sabes? No estamos para bromitas.
- No, no, señorita mi Hembra que ha parido. Hembra respecto de su hijo o hijos necesita Acción de ayudar. Efecto de ayudar. Persona o cosa que ayuda.
- Voy a colgar niñato, búscate otra distracción. le dijo la enfermera de recepción a Abc. No entendía que le estaba pidiendo ayuda, que necesitaba una ambulancia, que su madre había tenido un accidente.
- Es que ha tenido Lo que altera el curso regular de las cosas, suceso eventual, especialmente desgraciado. Indisposición que repentinamente priva de sentido o de movimiento.
- Ti-ti-ti-ti-ti-ti-ti-ti-ti-ti...
Esa ambulancia nunca llegó, la madre de Abc, murió de un derrame cerebral. Al cabo de unos meses, el padre de Abc, también falleció, pues después del trágico final de su esposa, él estaba muy desmejorado, se abandonó, dejó la faena... Deseó tanto la muerte que la consiguió, dejando huérfano a Abc. Su padre había muerto de pena y Abc se sentía culpable. Pero, ¿y ahora qué?, ¿qué pasaría con aquel hombre con habla de niño prodigio? Desdichado fue también su final. Al igual que el de sus padres. Lo mismo que su don, que resultó ser su cruz. Abc no tuvo opción, no podía trabajar, ni estudiar, ni sobrevivir; no era admitido en la sociedad, pero si en el lugar donde ingresó y vivió feliz, un pequeño convento de monjes perdido por las bellas tierras de Palencia. Y aún estará allí, protegido por sus miembros, y, sin lugar a dudas, querido, si acata el voto de silencio.
* Autora : Vanessa López Vilà / Comella Firmet