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Colaboradores y amigos

Tango - Gonzalo López Cerrolaza

Tango - Gonzalo López Cerrolaza Baila una canción como si nada
hubiese en el mundo excepto ella,
pasos, contrapasos que se escapan
al son de un tacón que marca el ritmo.

Un clavel se cayó de sus labios
antes, cuando niña, y nunca supo
por qué las manos de esos hombres
no sabían igual que una caricia.

Las rodillas doblan las esquinas,
suben, bajan, suben su palmito,
lágrimas que saltan por el ruedo,
círculos de sal y agua de jueves.

Codos doblegados por dos manos
que cierran los dedos señalando
el aumento de tono, ya su cuerpo
es fuego incendiario. Ya los besos,
ya el final llegó, se queda quieta.

Gira su cabeza lentamente,
abre sus dos párpados pintados,
mira al fondo negro, amaga un rayo.
Sonríe callada, ya sus pasos
son camino a casa, ya sus piernas
son piernas mortales, ya sus senos
son pechos de muchacha tranquila.

* Autor: Gonzalo López Cerrolaza

Fuente rosa - Luis Tamargo

Fuente rosa - Luis Tamargo Brota la fuente rosa,
donde el avellano se asoma
para avistar el cielo.
Aprieto el paso, cuesta arriba,
hacia el cruce, donde
el camino muere.
Un viento liviano zarandea
las copas frondosas, y
el bosque revive.
El avellano triste
se ríe, inescrutable,
desde su otero, solitario.
Rosa es la tarde, y
rosa es el agua que brota
de la fuente del avellano.

* Autor: Luis Tamargo

Yo soy el viento - María del Carmen Guzmán

Yo soy el viento - María del Carmen Guzmán Yo soy el viento,
el que sopla en tus noches heladas
y encrespa las olas,
el aire enloquecido,
el que transforma en látigo
tus cabellos de seda,
un repicar de dedos sobre el cristal mojado,
coreografía de trapos bailarines
danzando en los cordeles,
una orgía de ramas,
un silbar de serpientes,
un aullar de mastines,
vertiginoso giro de papeles,
un tremolar remoto de mar embravecido,
un alar desgajado,
un álamo abatido
y el jazminero atónito y desnudo.
Yo soy el viento amargo
silbando en el desierto,
derribando palmeras,
Siroco, vendaval,
viento solano,
el que roba los sueños de los niños,
el que llega en la noche, solapado
para arrancarte el alma.

* Autora: María del Carmen Guzmán (Dulcinea)

Ingrato espejo - Trini Reina

Ingrato espejo  - Trini Reina Se detuvo frente al espejo, se miró, y éste, imperturbable, no le devolvió el reflejo. Comenzó a gesticular, a brincar, a gritar, y nada. Estaba solo. Tan alejado del mundo que lo circundaba, que ni siquiera el espejo le brindaba etérea compañía.

* Autora: Trini Reina

Oración - María S. Martín

Oración - María S. Martín Regresa a mí a la hora en que la piel despierta , roza mi cuello con tus labios en el momento en que el deseo te recuerda , abrázame despacio como un sueño cuando el reloj precipite los minutos que acercan la despedida y con ella la tortura de la ausencia , enséñame cuánto quiere decir tanto cuando me dices tanto , tanto ... y si así tiene que ser , vete sin decir adiós ni hasta cuándo. Otra vez.

* Autora : María S. Martín (Octavia)

Los habitantes de la casa - Javier Lázaro Sanz

Los habitantes de la casa - Javier Lázaro Sanz Informe remitido por el agente ---- el día 3 de marzo de 1985

El domingo no salieron; durante todo el día se movieron con pesadez y silencio por el calor de la casa, mal vestidos, tendiendo hacia los rincones frescos y semioscuros, donde marcaban su presencia con gruesos diarios de la mañana.

El domingo anterior tampoco habían salido, ni durante la semana que medió entre ambos días. Tampoco la semana anterior. En realidad, según los pocos datos que se conocen de esta confusa historia, la pareja llevaba más de diez años – y menos de veinte – encerrada.

La casa podría haber sido un mundo aparte sin contacto con el exterior, si no hubiera sido por los periódicos. Los moradores se alimentaban con las latas de conservas que estaban almacenadas en la despensa. El agua para beber, lavarse, etc. se la proporcionaba un río subterráneo que afloraba en el salón. Nada parecían necesitar más allá de la vivienda y los enseres contenidos en ella.

Sin embargo, cada mañana entraba un diario por una rendija de la puerta que daba a la calle. Jamás llegó ningún recibo a la casa; no se sabe quién solicitó la suscripción ni quién la pagaba. Misteriosamente, iban apareciendo los periódicos con puntualidad. Estos diarios constituían un elemento de suma importancia en la vida de los habitantes de la casa. Eran su único contacto con el exterior, contacto que incluía un flujo de entrada – a través de la rendija que ya he mencionado – y otro de salida – a través de las cañerías, cloacas, etc. Aparte de este vínculo, daban varios usos a los periódicos. En primer lugar, los leían para obtener información del mundo y asegurarse de que éste seguía existiendo más allá de su estrecho hábitat. Además, les proporcionaban una ocupación: confeccionar un álbum con las noticias – habitualmente, no más de una por edición – que ellos considerasen que tenían importancia. Como la selección se realizaba sin seguir ninguna pauta fija, esto les llevaba todo el día y les sumía durante horas en silenciosas reflexiones. Por último, una vez que habían recortado y guardado las noticias escogidas, usaban el resto del periódico como papel higiénico, con la ventaja que esto suponía: la satisfacción de mancillar los retratos de personas que se creían importantes.

Con estos elementos habían construido la rutina que ya duraba más de diez años, pero menos de veinte. Poco más sabemos de estos sujetos. No se ha podido constatar la edad de él, ni la de ella. Las pocas personas que dicen haberles visto difieren sustancialmente en la descripción de sus rasgos físicos.

Cabe también preguntarse la relación que había entre los dos. Al parecer, no hablaban mucho entre ellos. Hay quien afirma que no se dirigían la palabra en absoluto: esto es imposible de confirmar. Sí parece probable, según los testimonios, que, en sus idas y venidas por la casa, se cruzaban sin apenas fijarse en el otro. Sin embargo, parece que sentían el uno por el otro una especie de pasión discreta, si tal cosa es posible. Algo que se podría calificar de recóndito. Según las palabras de un vecino: “Un gran amor... al que no daban mayor importancia”. No consta que hubiera encuentros sexuales entre los dos. Si los hubo, cabe imaginarlos intensos pero silenciosos.

El domingo no salieron de la casa. El lunes, en algún momento de sus respectivas rutinas diarias, ambos tuvieron la sensación, por primera vez, de que llevaban haciendo lo mismo durante toda la vida. Estuvieron atareados todo el día seleccionando las noticias del periódico, deteniéndose sólo para comer y para atender a otras necesidades fisiológicas. Él revisó las secciones de nacional, deportes y necrológicas. Ella, el resto del periódico. Por la noche, sin consultarse, abrieron la puerta de la casa y salieron al exterior. Él se fue hacia el norte, ella hacia el sur. No se supo más de ellos, pero parece improbable que volvieran a encontrarse.

Los periódicos siguieron amontonándose durante varias semanas a la puerta de la casa.

Respuesta de los superiores de ---- al informe anterior, en la que se exponen ciertas dudas acerca del mismo:

Tras leer su comunicación del día 3 de marzo, nos gustaría que aclarase los siguientes puntos:

1. ¿Cómo es posible que un río subterráneo aflore en medio del salón de una casa sin afectar la estabilidad de la construcción?

2. Sus fuentes no pueden proporcionar datos básicos acerca de los moradores de la casa, tales como su edad o sus rasgos físicos. Cabría suponer, por lo tanto, que ni les conocían ni habían mantenido contacto con ellos. Sin embargo, usted afirma, sin dudas aparentes, que estas personas sentían satisfacción al ensuciar los retratos que aparecían en los diarios, que se amaban, y que cierto día ambos tuvieron la sensación de que “llevaban toda la vida haciendo lo mismo”. ¿Cómo pudo obtener información acerca de cuestiones tan íntimas?

3. ¿Cuál es la utilidad de este informe?

Respuesta del agente ---- a la comunicación de sus superiores en la que se exponían ciertas dudas relativas a su informe del día 3 de marzo:

Trataré de contestar a las preguntas que se me plantean en la medida de mis posibilidades. Espero que mis respuestas sean satisfactorias.
1. No me consta que el río no afectase a la estabilidad de la casa. Sólo puedo afirmar que ésta se mantuvo en pie durante más de diez años, sin necesidad de reparaciones. Nada más puedo aportar al respecto, pues desconozco la estructura y los materiales de la construcción.

2. Todas las afirmaciones que hago en el informe provienen directamente de mis fuentes: vecinos de la localidad en la que sucedieron los hechos. Todas las afirmaciones que ustedes ponen en duda, por otra parte, han sido confirmadas por varios informadores. Yo fui el primero en sorprenderme por la aparente contradicción: ¿cómo podían saber detalles tan subjetivos y desconocer los datos básicos? Ante esta pregunta, todos se sumían en un mutismo inquebrantable. Téngase en cuenta la naturaleza reservada de los habitantes de la población, de la cual los moradores de la casa en cuestión eran un buen ejemplo, si bien un caso extremo. Por otra parte, no lamento haber sido incapaz de dilucidar esta cuestión. Pude contar la historia, y hay cierta virtud en el misterio. De todas formas, aventuraré dos hipótesis: telepatía, imaginación poética.

3. Todo esto no tiene ninguna utilidad.

* Autor : Javier Lázaro Sanz (PakitoTxokolatero)

Anoche me abracé a tu sueño - María José Sierra

Anoche me abracé a tu sueño - María José Sierra Anoche me abracé a tu sueño
me dejé dormir en él.
Mi alma ya no se estremece ni siente,
sólo escribe palabras en el miedo
sobre cielos grises y atormentados,
abrigada entre espinas secas.

Retumban voces en mis entrañas
que no dejan reposar tranquila mi vida,
esa lucha constante
por no dejar de sentirme viva.

Llueve.

Tengo los sentidos vagos
inciertos, cansados.

Queriendo, guardo un tiempo
donde pueda retener
apenas un mínimo instante
para volver a rozar tu alma
y adentrarme en ella sin cuerpo.

Sin querer, guardo un espacio
dentro de un recuerdo,
donde no pueda olvidar
el olor de tu piel sobre mi piel,
ni aquellas caricias
que me hicieron temblar
en esa tarde oscura de tormenta
que sólo yo soñé.

Anoche escribí cientos de palabras.
Cuándo duele, no sé cómo
salen a miles.
Y hoy vuelve a doler
fuerte, hondo.
Ya vuelan lejos de aquí
cerca de donde tu paso sigue al mío
hasta llegar a ese camino
donde comparten sus hojas secas,
su viento muerto, su lluvia fresca.

Se olvidó tu boca de mi nombre
se perdió tu calma entre mis ganas
no encontré tu olor entre mis besos.
Ya sólo queda un ángel en tu infierno.

* Autora : María José Sierra (Perseida)

Una nana - Luis Tamargo

Una nana - Luis Tamargo El mar cantaba olas...
Y se bañaba la tarde salada
entre suspiros de espuma.
Me pareció oír tu nombre,
mas solo silencio escuchaba.
Era un beso de arena mojada,
era el agua que amaba
tu corazón de sirena.
Eras tú, mi luna del alma !

* Autor : Luis Tamargo

¡Por fin es viernes! - Pablo De Aguilar González

¡Por fin es viernes! -  Pablo De Aguilar González (2º Premio Certamen Relato corto del centro Emilia Pardo Bazán, Murcia)

Por fin era viernes. Después de una semana de duro trabajo César Vivó estaba en casa. Los viernes siempre se sentía de buen humor. "Todo el fin de semana por delante", pensaba mientras entraba en la cocina dispuesto a prepararse algo de cenar. Al entrar en la cocina se dio cuenta del desastre que tenía en el fregador mientras se sonreía. "Antes no pasaba esto" Se dirigió al fregadero, apartó un poco los cazos para meter la mano entre ellos con cuidado, pues podría cortarse con algún cuchillo, para llegar a un plato. Sacó el primer plato que alcanzó con las yemas de los dedos, lo enjuagó un poco con agua y lo puso al lado de la encimera. Se dirigió al frigorífico, cogió un huevo y, como pensándolo un poco mejor, tomó otro. Cascó el primero en el borde del plato que acababa de enjuagar, lo abrió con las dos manos y observó como caía la yema naranja y reventona. Luego cascó el otro y, con un tenedor, comenzó a batirlos, produciendo el característico tintineo. De momento miró hacia arriba, como intentando escuchar algo, y se dio cuenta del silencio que había en casa. Se dirigió a la radio que tenía en la mesa de la cocina, la encendió, sintonizó una emisora musical y puso el volumen como a él le gustaba que se oyera la música: bien alta. Comenzó a hablar una locutora. No supo bien cuál era, pues, para él, todas las locutoras de radio tenían la misma voz. Volvió hacia la encimera y siguió batiendo los huevos. Mientras observaba la yema y la clara mezclándose, adquiriendo un color amarillento, le vino a la memoria un polo que se había comprado hace años del mismo color. "Que bien me sentaba aquel polo", pensaba. "Recuerdo que la dependienta estaba como un tren. ¡Y que voz tenía!. Era muy profesional esa chica, me sacó polos de todas las tallas y colores para que me probara. ¡Que paciencia!. Estuve casi una hora probándome. Empecé por el naranja que a mi me gustaba, pero el maniquí tenía mucho mejor cuerpo que yo, así que, la dependienta, muy eficiente, me trajo otros modelos. Yo creo que ese polo color huevo fue el último que me probé. A mi no me convencía demasiado pero María... ". En el momento que le vino a la mente María, sacudió la cabeza, como si le estuviera rondando un mosquito por el oído y volvió a fijarse en el plato. Los huevos estaban ya suficientemente batidos, se dirigió al armario donde guardaba las sartenes, se agachó para buscar una por costumbre, pero al mirar dentro del armario, sólo había una. El resto estaban en el fregadero, junto a los cazos, platos y cubiertos de esa semana. "Qué tonto", sonrió para sí. Cogió la única sartén que le quedaba limpia, la puso sobre el fuego, buscó la caja de cerillas y la encontró al lado del fregadero. Debió desbordarse algo de agua cuando buscaba el plato, con tan mala suerte que fue a parar a la caja de cerillas y ésta estaba húmeda. No le importó, buscó una cerilla seca, la acercó al cigarro que tenía entre los labios y observó cómo el fósforo silbaba mientras una llamarada amarilla lo consumía y un humo de olor salado inundaba la pituitaria de César. Arrimó la cerilla al fogón, giró la llave del gas. De repente salió una llama azulada. "Ese azul es el que tenía el camping gas cuando fuimos de acampada a pirineos. ¡Que frío hacía!. Pusimos a hervir una olla con agua para calentarnos con el vapor. ¡Mira que no haber hecho un fuego!. Y ahí estábamos, envueltos en mantas, con las manos sobre el vapor. ¡Como no entraríamos a las tiendas antes!. Tanta timidez y luego tanto desfogue... ". Puso la sartén sobre la lumbre y la roció con un poco de aceite. Esperó un rato a que éste se calentara mientras escuchaba la música que ponían en la radio.

- Ahora vais a escuchar "Seasons Change" de Anastasia - Decía la locutora sin haber dejado terminar el tema anterior.

"No está mal esta canción", pensaba César mientras movía con torpeza las caderas intentando bailar. "Y la cantante mucho menos".

Cogió el plato con los huevos batidos y derramó éstos poco a poco sobre el aceite hirviendo. Las claras, con el aceite chisporroteante, comenzaron a hacer ruido y el aroma de la futura tortilla comenzó a subir hasta el olfato de César. "Qué tranquilo estoy", se decía. "Con la música como me gusta... Usando la sartén que quiero.. Pero... Entonces... ¿Por qué tengo este sentimiento de desasosiego dentro?. ¡Cuidao, Cesar, que se te quema! ". Movió el huevo cuajado del fondo y fue derramando el que seguía líquido hacia los lados, dándole forma a la tortilla. Cuando estaba bien cuajada, apagó el fuego, la vertió sobre el plato, cogió unos cubiertos del cajón... "Voy a tener que fregar algo. Ya no me queda casi nada limpio", partió un trozo de pan con las dos manos y se lo llevó todo a la mesa de la cocina. Cortó con el tenedor un trozo de tortilla y se lo llevó a la boca. "¿Recuerdas la primera tortilla que hiciste?", se reía él solo. "¡Qué desastre!. Casi salimos ardiendo. Puse el aceite a calentar y se me olvidó que estaba ahí. ¡Qué humareda!. Creo que estuvo oliendo la casa a aceite requemado durante un mes. Y encima, yo, el hombre de la casa, tomando con calma la situación, cojo la sartén tan tranquilo y la pongo debajo del grifo. No se me olvidará nunca el grito que pegó María cuando yo ya estaba abriendo la llave. ¡NOOO!. Hasta el vecino de enfrente se asomó por el patio de luces a ver qué pasaba. Nada, vecino, no pasa nada. Le decía yo sonriendo. Pero gracias a que María ya había tomado control de la situación. ¡Hay que ver!. Yo presumía de tranquilidad, pero ella siempre me solucionaba las papeletas. Con qué calma me explicaba como tenía que hacer las cosas de la casa. ¡Si mi madre me hubiera enseñado antes!. Todos los días metía la pata en algo, pero ella siempre me sonreía, me perdonaba, y me explicaba todo. ¡Qué jóvenes éramos cuando nos casamos!...". En ese momento la melodía que estaba sonando en la radio atrajo su atención:

" Si tú no estás aquí no sé
Qué diablos hago amándote
Si tu no estás aquí, sabrás.... "

- Habéis escuchado "Si tu no estás aquí" de Rossana. Y ahora....

César había dejado de masticar, todavía con el bocado de tortilla en la boca y decía aun sabiendo que nadie le oiría:

- ¿Cómo pude ser tan gilipollas?

Mientras una lágrima le resbalaba por la cara.

* Autor : Pablo De Aguilar González.

Me voy a ir de ti - Trini Reina

Me voy a ir de ti - Trini Reina Me voy a ir de ti,
me marcharé sin equipaje.
No se cargan valijas en la huída.
Partiré con el alma descubierta
y expuesto el corazón sangrante.
Me voy a ir de ti,
tomaré la senda más umbría
ni la sombra celará mi sentencia.
Entornaré la mirada
para que la luz no hiera mi llanto
ni la retina ilustre la ausencia.
Me voy a ir de ti,
hollando la tierra, los pies,
resecaran cada metro desahuciado.
Permutando cada rastro en polvo;
cada huella en ceniza.
Dejando el camino sumido
en pantanos de arenas.
Sin senderos de retornos,
ni vestigios de cadenas.

Me voy a ir de ti,
a la mente omnipotente
entregaré las llaves de mi delirio.
Arrastrando tras de mi al desamor
me desprenderé de su martirio.
Como de una piel que ya no vibra
o una sangre sin latidos.
Me voy a ir de ti,
custodiaré los sentires en otro templo.
Lejos de tu nulo amor;
a lontananza de tu silencio.

* Autora : Trini Reina

Cuando nadie me ve - María S. Martín

Cuando nadie me ve  -  María S. Martín Cuando nadie me ve me transformo en un prodigio de belleza, mis labios se convierten en reclamos de deseo, la sonrisa ilumina mi cara como nieve en una mañana de invierno y si alguien pudiera verla quedaría para siempre prendido de su hechizo. Cuando nadie me ve mi pelo crece hasta cubrir mi desnudez, mis ojos se vuelven transparentes y dulces y sus miradas certeras adivinan el pensamiento de los espejos en que se reflejan. Cuando nadie me ve las palabras brotan de mi pelo y de mis manos y se mezclan juguetonas para contar al aire historias de pasiones arrebatadoras, de amor y desamor, de ternuras y desengaños, de risas y de vida, y el aire las lleva a la cama en que duermes y te acarician los párpados hasta hacerte sonreir. Cuando nadie me ve me siento en el borde del horizonte con los pies colgando y mientras los muevo sin parar como una niña impaciente, cuento gaviotas, delfines, mariposas, estrellas y caballitos de mar que me besan y huyen dejando mis mejillas mojadas y llenas de sal, y después, paso por ellas un dedo, y sabe a miel de caña y algodón de azúcar. Cuando nadie me ve los relojes contienen el aliento y me regalan horas perdidas por niños aburridos . Cuando nadie me ve abrazo al futuro, y la luna menguante y el sol de Poniente juegan al escondite en mi cuello. Cuando nadie me ve sé hablar en todos los idiomas, conocidos y desconocidos , fáciles y difíciles, cercanos y remotos, y entiendo a cada criatura de la creación y sé hacerme entender por todas ellas, y aprendo de la filosofía del buho, y del canto de la cigarra, y de los silencios de las flores, y les cuento cuentos de princesas y dragones que escuchan boquiabiertos. Cuando nadie me ve quiero creer que soy feliz y lo consigo, y risas de niño son la nana que acompaña mi sueño, y me perfumo con gotas de rocío, y los planetas me arropan mientras las estrellas velan mi sueño ... Cuando nadie me ve soy lo más parecido a mi idea de la perfección y aunque al salir capas y capas de realidad me transforman en lo que veis, éso no es lo que soy, lo que soy sólo lo saben los espejos, y ellos saben que su imagen no vale más que mil palabras, sino que vale las palabras que no dicen. Por eso, fieles a su esencia y conscientes de su valor, callan lo que soy cuando nadie me ve.

* Autora : María S. Martín (Octavia)

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo Había sido una piedra en el camino
que siempre lleva a ninguna parte,
para jugar a ser patada en los pasos de la gente.
Tenía las aristas gastadas de tiempo,
y sus brillos de cuarzo ya eran más una leyenda,
que guiños seductores,
desde la humilde vida que vive la tierra.
No servía para esculpir testas nobles,
ni tan siquiera cabezas de media apuesta,
pues sus sueños no eran otros que los sueños
que duermen el cansancio de la arena.
Era todas las piedras que rompen los cristales,
o las que juegan a la pata coja,
en los cuadrados de tarde de una acera.
No sabía de pirámides, ni de rascacielos,
ni entendía de oro, y plata, sus maneras.
Pesaba kilos, y no quilates,
abría brechas, y no sentencias.
Ahora descansa sobre papeles en blanco,
a los que cuenta lo que recuerda
de cuando tan sólo era una piedra.

* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo Había sido una piedra en el camino
que siempre lleva a ninguna parte,
para jugar a ser patada en los pasos de la gente.
Tenía las aristas gastadas de tiempo,
y sus brillos de cuarzo ya eran más una leyenda,
que guiños seductores,
desde la humilde vida que vive la tierra.
No servía para esculpir testas nobles,
ni tan siquiera cabezas de media apuesta,
pues sus sueños no eran otros que los sueños
que duermen el cansancio de la arena.
Era todas las piedras que rompen los cristales,
o las que juegan a la pata coja,
en los cuadrados de tarde de una acera.
No sabía de pirámides, ni de rascacielos,
ni entendía de oro, y plata, sus maneras.
Pesaba kilos, y no quilates,
abría brechas, y no sentencias.
Ahora descansa sobre papeles en blanco,
a los que cuenta lo que recuerda
de cuando tan sólo era una piedra.

* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo Había sido una piedra en el camino
que siempre lleva a ninguna parte,
para jugar a ser patada en los pasos de la gente.
Tenía las aristas gastadas de tiempo,
y sus brillos de cuarzo ya eran más una leyenda,
que guiños seductores,
desde la humilde vida que vive la tierra.
No servía para esculpir testas nobles,
ni tan siquiera cabezas de media apuesta,
pues sus sueños no eran otros que los sueños
que duermen el cansancio de la arena.
Era todas las piedras que rompen los cristales,
o las que juegan a la pata coja,
en los cuadrados de tarde de una acera.
No sabía de pirámides, ni de rascacielos,
ni entendía de oro, y plata, sus maneras.
Pesaba kilos, y no quilates,
abría brechas, y no sentencias.
Ahora descansa sobre papeles en blanco,
a los que cuenta lo que recuerda
de cuando tan sólo era una piedra.

* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Letras revoltosas - Dori Siverio Fumero

Letras revoltosas - Dori Siverio Fumero CUENTECITO

Un día todas las letras idearon elegir reina y pensaron en la A, porque era la primera del alfabeto y poseía linajudo porte.
Pero la I se reveló arguyendo que ella, desde su nacimiento, había llevado corona; como designio habría de ser.
—Eso no es una corona es un tupé —dijo la S, retorciéndose de risa.
La Ñ indicó que ella también llevaba diadema y mucho más vistosa, corona que, aun siendo minúscula jamás extraviaba, no como la fatua I que se crecía y la dejaba caer.

Cuando todas discutían acaloradas, oyeron que la Z dormía a pierna suelta, zzzzzzz—¡Por algo siempre va a la zaga!— comentó enfurruñada la G.
La B votó por la A, pensando que ella era la sucesiva en el trono, asimismo hicieron la C, D, E y F, que razonaron que no hay dos sin seis.
La G, nominó en blanco y la H, como es muda, gritó y vociferó sin resultado; nadie la oyó.
La J, dicharachera, bailaba sin parar y no votó. La K, L, M, N y Ñ, revelaron que eran antimonárquicas y la O, jugando al aro, se fue rodando, acompañada de la I, que le servía de impulso.
La P, Q, R y S eligieron el régimen republicano; —Todas para una y una para todas —expresaron solemnes.
La T sólo decía que ella, además de letra, era una refinada infusión y que se sentía cual dama británica.— El té a las cinco, siempre a las cinco —repetía pomposa.
La U, V, W, X e Y, insurrectas, clamaban en una pancarta “LAS ÚLTIMAS SERÁN LAS PRIMERAS”, causando auténtica ira a la A, que fue hipnotizada por la magnetizadora S para lograr instalarla en el letrero.

Al final no hubo mayoría de votos para ninguna, como tendría que haber sido. Así que se decidió por unanimidad seguir siendo independientes, idealistas y soñadoras.

—Sólo la mano del escribiente puede hacernos reinas —opinaron todas con buen criterio.

Y poniéndose en orden alfabético, inmóviles y conformes, dejaron que la mano de los escritores las eligieran a ellas, creando así las palabras necesarias para sus escritos.

* Autora Dori Siverio Fumero (Espuma)

Venecia en la arena - María S. Martín

Venecia en la arena  -  María S. Martín Cuentan los viajeros que alguna vez han conseguido atravesar el desierto , que justo en sus límites , sobre la línea del horizonte , existe una ciudad dorada como la arena y transparente como el cristal de Murano . Juran que flota suspendida como una Venecia aérea , delicada marioneta sujeta a la nada por hilos invisibles.Sus habitantes , sirenas de colas irisadas , pasean sin preocupaciones por el aire caliente y espeso , provocando con sus movimientos arco iris de colores y reflejos de luz sobre las superficies que las rodean . Cuentan también que Luzbel , envidioso de su belleza , untó con miel sus colas que al volverse pesadas las arrastraron a la muerte más espantosa y lenta .Todavía hoy pueden escucharse sus llantos de dolor y desesperación que suenan dulces y bellos a los oídos del humano a punto de enloquecer de sed y de calor , y que le atraen como un imán al espejismo de una Venecia que flota vacía e imposible.

* Autora : María S. Martín (Octavia)

Palabras que ya no leo - Dori Siverio Fumero

Palabras que ya no leo - Dori Siverio Fumero Palabras ya en desempleo,
al olvido, relegadas,
soberbias, bellas, versadas,
palabras que ya no leo.
Palabras siempre añoradas,
palabras, que en un siseo,
repongo... (perdón), rimadas.

*

Zascandil es majadero
que también es badulaque,
es asimismo un artero,
que a veces nos pone en jaque.

*

Malandrín es sabandija,
pícaro, truhán, marrullero,
un pillo con maña fija
de burlar al más ligero.

*

Un bellaco es un rufián,
golfo, pilluelo, un bandido,
capaz de robarte el pan
sin saber ni cómo ha sido.

*

Un Matasiete es un gallo,
un necio muy fanfarrón,
un soberbio baladrón
que nunca comete un fallo,
pero la pifia un montón.

*

Un gárrulo es lenguaraz,
que habla hasta por los codos,
un pelmazo que es capaz
de hacerte perder los modos.

*

Un dengue o un gazmoño
es un insulso engorroso,
melindroso, bobo y ñoño,
que aburre al más virtuoso.

*

Un pánfilo o cachazudo,
es un pelma sin presteza,
su dios se llama pereza
él ya hizo lo que pudo,
y no da más su cabeza.

*

Palabras en desuso
pero que son preciosas ¿o no?
las puse en rima porque...
creo que es mi sino.

* Autora : Dori Siverio Fumero

Escribir Comella - Por Anado Uni

Escribir Comella -  Por Anado Uni Hace un tiempito me dijo Comella que le escribiera un relato para su Guallavito, no sabía que eso era poco menos que pedirle peras al olmo. Porque se me pasó mucho tiempo sin nada que contar ni construir, asomando nada más mis ojos a las páginas de siempre, en busca de novedades que me inspiraran algo, que despertaran al que fui cuando era incapaz de detener las manos en el teclado. Ayer compuse dos relatos nuevos, cortos y sencillos, sin calidad en realidad pero míos al fin tras tanta espera. Hoy puede que continúe ese despertar que sé de antemano fugaz, pero que me desveló cierta la esperanza de vivir escritor incluso sin nada que contar. Porque no se tiene porqué tener siempre la historia en la chistera, como un truco nuevo. Más que nada porque al final casi siempre es el mismo truco con distintas palabras, trabalenguas distintos para el mismo conejo. Tampoco se ha de tener siempre la última palabra.

Hoy escribo para Guallavito que está lleno de sueños como Comella, le madruga la sonrisa y traslada su vitalidad, que contagia, a sus páginas donde se ha dejado tiempo y mucho de lo que es ella. Capaz de rebelarse contra el analfabeto que ataca "El cuentista", le destruyen su castillo siempre al fresco y levanta otro que se apellida resurrección. Porque se necesita mucho más que un hacker para convencerla de que en la vida, al contrario que en los cuentos, las cuentas no salen. Aglutina a su alrededor a sus amigos que son su fuerza, y para ellos rescata las noticias más jocosas para que rían con ella y no se sientan solos.

Es creadora Comella desde sus letras y obras de espacios entrañables, con infinidad de dibujos animados, que recorren el sitio con paciencia infinita. Los emoticonos la adoran y ponen para ella la mejor de las sonrisas. Impulsa, como ella dice, una web de miradas risueñas y se convierte en ladrona de sonrisas en un atraco en el que ladrón y víctima cooperan juntos.

Escribe Comella desde la alegría que dan los días, las mejores noticias mundiales cogidas en el borde un río como pepitas de oro entre tanta arena, como pececitos curiosos y escurridizos, las cuelga riendo, las tiene atrapadas hasta que lleguemos.

Abrazos.

* Autor: Anado Uni
Visita su página AUNQUE NADIE NOS LEA

Vivir creciendo - Gonzalo López Cerrolaza

Vivir creciendo - Gonzalo López Cerrolaza Infancia. Llanto. Sonrisa.
Teta. Chupete. Mamá.
Papilla, ésta por papá.
Sueño. Nanas. Cuna. Misa.
Bautizo. Agüelos y tata.
- “Es el niño de mis ojos”.
Paperas. Sarampión. Piojos.
Pañal. Talco. Pis y caca.

*

Colegio y Abecedario.
El catón. La religión.
Suma. Resta. División.
- “La tabla del seis, Gonzalo”.
Uniforme. Chandal. Nikes.
Recreo. Aulas. Comedor.
La de Lengua. El Director.
Doña Pepa y Don Enrique.

*

Adolescencia. Instituto.
¡Las chicas! Los compañeros.
Integrales. Tres suspensos.
El Latín. César y Bruto.
Campanas. Gorras. Novillos.
Pellas. Rollo. Los cigarros.
Las chuletas. Los abrazos.
¡Nos pillaron! Los castigos.

*

Findes. Bares. Juergas. Humo.
Música. Broncas. Cerveza.
Futbolines. Discoteca.
Vómitos. Resaca. Zumo.
Dieta blanda. “¡Castigado!”.
Domingo. Cine. Paseos.
Chucherías y tebeos.
Novia. Besos. Miel. Helado.

*

Adulto. Solo. Soltero.
Independencia. Trabajo.
Horas extras. Sueldo bajo.
Recibos. Deudas. Impuestos.
Hipoteca. Hacienda. Coche.
Letras. Multas. Retenciones.
Pelo gris. Guantes marrones.
Suena un blues. Descanso. Noche.

*

Jubilación. El IMSERSO.
Pensiones: las vacas flacas.
La Petanca. Las petacas.

*

El ocio. La prosa. El verso.
Las arrugas. La vejez.
Nostalgia. Recuerdos. Muerte.
Entierro. ¡Maldita suerte!
Sólo se vive una vez.

* Autor : Gonzalo López Cerrolaza