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Colaboradores y amigos

Lejos - José Vicente Pascual

Lejos - José Vicente Pascual

Cuando lo sepa te lo diré, en efecto: cuando lo sepa. Mientras, duerme tibios sueños de ámbar en las afueras de ese imperio donde las sepulturas de barro atesoran el recuerdo de miles de hombres sacrificados en cada naufragio, siempre al acecho sobre el abismo de la gloria. Duerme y sueña hasta que yo lo sepa. Cuando llegue cada palabra, todas serán tuyas, hasta la última letra de la última frase. Mientras, llévame lejos a naufragar.

* Autor: José Vicente Pascual


Preámbulo de ti - Joseme

Preámbulo de ti - Joseme

Aquí, la palabra es azul y el tiempo invisible.
¿No notas mi mano, tras el paisaje táctil,
agrupando noches, inventando mundos que se abren?
Para recordarte. Para acercarte lo inmediato
a lo infinito. Lo cotidiano al techo de lo eterno.
Aquí, la palabra es escrita con el trazo de los sueños.
No hay frío invierno, y como viento en el vacío te pretendo.
Del Sur cuando de ti nazco y me enredo sobre tu tiempo.
Aquí, la palabra viaja sobre tu estallido, ese refugio
donde te espero bajo el silencio, como libro abierto,
como hoja que se eleva como paloma de tus brazos.
Como este sueño no terminado…

* Autor: Joseme (Granada)

El ripio juglar - Dori Siverio Fumero

El ripio juglar  - Dori Siverio Fumero

Yo quisiera ser juglar
de los tiempos medievales
e ir con mi mandolina
entonando mi trinar
por territorios feudales;
trovadora cantarina,
rapsoda del avatar
vate de ufanos modales
que lleva alegre bolina
y fábulas que, al rimar,
agradan a los mortales;
yo quiero ser andarina
ir de lugar en lugar
encendiendo los fanales,
destapando la cortina
de la ilusión secular,
contando endechas navales
de corsarios y marina,
describiendo el batallar
de los hidalgos cabales,
narrando cómo culmina
el cortejo del seglar
de los pobres arrabales
con la noble Catalina,
y cómo al dragón retar
fue matado con puñales
por Don Alonso Medina.
Yo quisiera ser juglar
y loar borrando males,
abriendo la bambalina
del ensueño y el cantar.

* Autora : Dori Siverio Fumero (Espuma)

Distancias - María José Sierra

Distancias - María José Sierra

Si pudiera salvar la distancia
entre los filos de los aromas
que desprenden nuestros cuerpos
a escondidas, cuando arañan
cada palmo prohibido,
a dos milímetros de tu espalda,
a dos caricias de mi pecho,
ni uno más, ni una menos.
Quizás, podría obligar al tiempo
al minuto que pasa,
a esas palabras mordidas,
a detenerse justo en el instante
en el que las miradas respiran,
cuando penetras mi morada
y mis  besos sedientos te salvan
a dos milímetros de tu boca,
a dos caricias de mi cuerpo,
ni uno más, ni una menos.
Atravesamos el horizonte de los deseos,
los límites que marcan los sabores a sexo.
Quebrando el abismo de lo etéreo
enciendo con un beso mil lamentos,
mientras tus manos recogen mis vuelos
y el instinto arquea mi cuerpo
a dos milímetros de tu alma
ya,  tan sólo, a dos caricias de mí.

* Autora: María José Sierra (Perseida)

Ciudad Navidad

Ciudad Navidad

Luna de nieve
en noche de navidad.
Brindamos deseos,
bebiéndonos la paz.
Dáme tu mano
y canta, que
llora un niño
en la ciudad.
Noche de Navidad, no,
ya no se marchará!

LUIS TAMARGO

A diario - Gonzalo López Cerrolaza

A diario - Gonzalo López Cerrolaza

Hay un cigarro fumándose dos labios, dos lunares que saltan en una piel, tres olivettis peleando por la única eñe que subsistió. Amanece. Hay dos paraguas, mil gotas llorando en los tejados. Caminas rutinario sin pensar a dónde te diriges, automatizas los sueños por tus pies, por tus zapatos. Chocas, ¡pam!, un rostro nuevo, desconocido, en el que vas reconociendo tus propias ojeras. "Perdón"; "perdonado"; despacho, libros y manuscritos. Hay un cigarro fumándose dos labios...

* Autor: Gonzalo López Cerrolaza

Yapiyariochipi - Gonzalo López Cerrolaza

Yapiyariochipi - Gonzalo López Cerrolaza

Navidad es: “yapiyariochipi”. Yapiyariochipi es como la ola que mece al bebé o la caricia del amante en las mejillas; como unos labios en curva que te tranquilizan o la mirada del abuelo que te ha vuelto a pillar en un renuncio y te perdona. Luego pasa el 25, llega el nuevo año y te das cuenta de que ya no hay más yapiyariochipis, si acaso algún reflejo en las palabras de los que amas, hasta dentro de doce meses.

* Autor: Gonzalo López Cerrolaza

El árbol de los caramelos - Mox Moxcacoja

El árbol de los caramelos - Mox Moxcacoja

Pero tú sabes que en los cuentos, los caramelos crecen en los árboles, ¿verdad?. Crecen todo el año en sus verdes bosques y los recogen los fabricantes para envolverlos en papelitos, meterlos en bolsitas y repartirlos a todos los niños y mayores que quieran.

Hay caramelos de todos los sabores. A mí, los que más me gustan son los de sabor a beso, porque son muy dulces y calentitos y además hacen ruido si te los comes con fuerza. Puede también que te salga un caramelo de beso amargo. Pero eso sólo les pasa a las personas mayores y se cura con los caramelos que les regalan sus niños.

Otros que me encantan son los caramelos de sabor a verdad. Je, je, cuando te tomas uno, ya puedes inventarte la mayor mentira de la historia, que cuando la vayas a contar, no podrás. Esos caramelos no le gustan a mucha gente y a casi ninguna persona mayor (aunque te digan que sí, no te fíes, que se los dejan para el final y nunca se los toman), pero todos los llevamos encima por si alguien quiere y así, cuando hacemos preguntas, nos podemos enterar de muchos secretos...

Pues no, no pica nadie, sólo los inocentes.

Hay también caramelos con gusto a abrazo. Esos son de los que más me gustan. Cuando me tomo uno, persigo a todo el mundo para abrazarlo y la gente tiene que salir corriendo, y a alguno pillo, no creas.
Pues sí, que es más o menos lo que te pasa a ti cuando vamos a recogerte al cole, que parece que acabaras de comerte dos o tres.

Pues claro que hay de sabor a jugar, lo que pasa es que los mayores nos comemos los de sabor a jugar a ganar dinero, a jugar a perder momentos, a jugar a estar tristes, a jugar a encontrarse por dentro, a jugar a respirar olores de otros, a jugar a cerrar los ojos del pensamiento, a jugar a creer en nosotros mismos,... Pero en fin, que los que os gustan a vosotros son los de sabor a jugar con alegría, y que sepas que esos os los mezclan con los de sabor a risas, a contento y a gritos, para que sean los mas sabrosos.

Pero hay muchos más. Están los de sabor a pintar, los de sabor a cantar, los de sabor a tocar música, los de sabor a estar con los amigos, los de sabor a compartir otros caramelos, en fin, que hay la tira...

Mañana me dices los que más te gustan y si podemos nos vamos a algún cuento a buscar un bosque verde de árboles de caramelos y nos traemos una cesta para casa.

Yo me pido uno con sabor a escribir.

* Autor: Mox Moxcacoja

Versos a tres posibles musas - José Alberto de Quintana de León

Versos a tres posibles musas - José Alberto de Quintana de León

 ... A Octavia

El nuevo día viene teñido de negro
se ha diluido la luz caliente
entre la palabra y el miedo
para llover amargas cosechas
que llenen el desván de recuerdos

Abundancia de nada en la nada
que obliga a dictar silencios
bajar la mirada al suelo
caminar, caminar, caminar
y nunca llegar a nada bueno

Y a lo lejos,
la revuelta del camino viejo.

 

... A Espuma

Misterio abierto
que inunda los terrenos baldíos
de un invierno atroz
que desgarra corazones
sin sentido.

Llegas, Primavera,
con cálidos suspiros
a reavivar la llamada
de las flores y los espinos.

Y reabres la vida
y vuelve el sentido
y agudizas sentimientos
y entornas los dolores
que el invierno ha traído.

Eres llama, eres luz,
eres candor de alma.
Una mano en la maraña
que cambió por sombra
la luz del alba.

Y tus ojos me acompañan,
con su luz de cielo sin nubes,
con el calor de tu mirada,
con la sonrisa en tu boca
y ese beso que tanto tarda...


... A Comella

Ya ves,
no duele el dolor
sino las ganas
de que no duela.
No oprime la soledad
sino la compañía adversa,
la que hiere cuando ríe,
la que llora entre sonrisas,
la que muere cuando vive...

Y cierras los ojos
a la belleza,
por temor a ver desdichas
en la Luna llena.

No te atreves a mirar
a través de la niebla
de unas lágrimas trémulas
que hacen titilar estrellas,
al radiante clarear
de una Luna amiga,
que cabecea en tu almohada
cubriendo con su luz
noches eternas.

No es el dolor lo que duele
sino las ganas de que no duela.

* Autor: José Alberto de Quintana de León

 

Lagartijo - Javier Lázaro Sanz

Lagartijo - Javier Lázaro Sanz

Mi vida no fue siempre la vida discreta de las cosas inertes. Ahora me ves aquí quieto y te acercas tranquilamente, sin miedo, como hacen todos esos turistas. Igual que ese niño que se hacía una foto conmigo y jugaba a meter su manita en mi boca, o ese gordo que ahora roza mi piel con sus sudorosas manos. Me parece lógico que me contemplen, porque soy el lagartijo más bello del mundo, pero en mis buenos tiempos me hubiera dado un banquete con todos ellos.

Fui el rey de los lagartijos. Cada noche, surgía de entre las sombras para que todos los lagartijos verdes vinieran a adorarme. Hubieran muerto antes de faltar a la cita. Mi belleza les embriagaba, y entonces ya podía hacer con ellos lo que quisiera. Les mandaba a buscarme comida. Un batallón de lagartijos fanatizados atacaba a una vaca o a un caballo, y yo me lo comía, y después me retiraba al país de los pigmentos, donde está guardado el secreto de mis escamas multicolores.
Claro, que siempre hubo algún agitador. Trataban de convencer a los demás lagartijos de que me abandonaran, que no permitieran que yo les esclavizara. Secretamente, temía que alguno de ellos tuviera el valor suficiente para abandonar su mediocridad verde grisácea, y adquirir una piel multicolor y un tamaño suficiente para plantarme cara. Eso nunca sucedió. El peligro vino de otro lugar totalmente insospechado...

Un día, Gaudí decidió expulsarme de sus sueños, y me diseñó para un jardín que estaba proyectando. Primero me dibujó en el papel, y todo a mi alrededor era blanco. Quería saltar más allá de los márgenes, que veía tan cercanos, pero de repente no podía moverme. Luego, adquirí esta nueva forma (acaso definitiva) cuando otros hombres me construyeron en piedra.
Desde entonces, estoy atrapado en este lugar, y veo cada día desfilar el mundo a mi alrededor sin poder participar en él.
Quizá algún día alguien vuelva a soñarme, y me despierte una noche de este sueño de piedra y cerámica, y salga a cazar una paloma, o quizá un turista...
Acaso tú mismo, tú que me miras y tomas apuntes en una libreta, puedas soñarme. Pareces lo bastante loco...

* Autor: Javier Lázaro Sanz (Pakito Txokolatero)

VISITA SU BLOG:     http://blogs.ya.com/pakitxokolat/

Con los pies colgados en el infinito - Herminia Blanco

Con los pies colgados en el infinito - Herminia Blanco

Se vistió de sonrisa anhelada.
Se calzó de alegrías ajenas.
Cogió el bolso de los olvidos
y el abrigo de amistades lejanas.
Encaminó sus pasos a la eternidad
pero la orilla le impidió el paso.
La roca de sus sueños rotos,
echa añicos en el rompeolas,
la esperaba anhelante.
Una suave brisa acunó su pelo.
Volvió a tiempos pretéritos
y se balanceó en futuros imposibles.
Los añicos alzaron el vuelo
y en su ascensión dibujaron nuevas figuras.
Se sentó con los pies colgados en el infinito
y el infinito frenó sus pasos.
Se desprendió de sonrisas, de alegrías, de olvidos olvidados
y los añicos dorados por dorados rayos
dibujaron una diadema de esperanzas que alumbraban un nuevo camino.
Se deshizo de sí misma y se parió de nuevo.
Volvió a un hogar que la reconocía y la acogía,
su aliento le impulsó a la vida,
quizás nunca fuese feliz, pero nadie lo sabría.
* Autora: Herminia Blanco (White)
   Fotografía de Phil Free

Guallavito y su minuto de silencio

Guallavito y su minuto de silencio Dedicado a todos aquellos que han perdido la vida, dedicado a los que lo han perdido todo ...
Guallavito llora por Guatemala, Pakistán y la India ...


*

¿CUÁNTAS ESTRELLAS TIENE EL CIELO?

" La última noche que pasamos juntos,
lo preguntó:
-¿Cuántas estrellas tiene el cielo?
- Trescientas cincuenta mil.
-¿A que no?
-¿A que sí?

- Cállate. Esta noche
no quiero que preguntes esas cosas.
Esta noche, si quieres preguntar
cuántas estrellas tiene el cielo,
o cualquier otra cosa,
pregunta algo así como ¿me quieres?
¿tienes frío? ¿quién dice que tiene hambre?

Esta noche, pregunta algo que sea
contestado en el mundo sin palabras.
Interroga con toda tu sangre
algo en que toda la vida del mundo
esté preguntando,
algo así como ¿quién llora?
¿hace falta algo?

Y verás como todo hace falta
y sabrás cuántas estrellas tiene el cielo
cuando sepas que el cielo tiene una sola estrella
para cada momento,
porque con una que se pierda
dará un paso de sombra la luz del Universo. "

* Autor: Andrés Eloy Blanco

Guallavito y su minuto de silencio

Guallavito y su minuto de silencio Dedicado a todos aquellos que han perdido la vida, dedicado a los que lo han perdido todo ...
Guallavito llora por Guatemala, Pakistán y la India ...


*

¿CUÁNTAS ESTRELLAS TIENE EL CIELO?

" La última noche que pasamos juntos,
lo preguntó:
-¿Cuántas estrellas tiene el cielo?
- Trescientas cincuenta mil.
-¿A que no?
-¿A que sí?

- Cállate. Esta noche
no quiero que preguntes esas cosas.
Esta noche, si quieres preguntar
cuántas estrellas tiene el cielo,
o cualquier otra cosa,
pregunta algo así como ¿me quieres?
¿tienes frío? ¿quién dice que tiene hambre?

Esta noche, pregunta algo que sea
contestado en el mundo sin palabras.
Interroga con toda tu sangre
algo en que toda la vida del mundo
esté preguntando,
algo así como ¿quién llora?
¿hace falta algo?

Y verás como todo hace falta
y sabrás cuántas estrellas tiene el cielo
cuando sepas que el cielo tiene una sola estrella
para cada momento,
porque con una que se pierda
dará un paso de sombra la luz del Universo. "

* Autor: Andrés Eloy Blanco

Papel en blanco - Diego Jerez González

Papel en blanco - Diego Jerez González Si supieras, papel, de mi desprecio,

cuando en blanco, jocoso, te sublevas,

y ni en sordo clamor, mi llanto recio,

consigue que liviano te conmuevas.



Si supieras, papel, cuan alto precio

pagué por cada verso que repruebas,

del infausto dolor, cansado y necio,

que inmerso en esta tinta al dorso llevas.



Si supieras, papel, de mi cansancio,

de mis noches heladas y confusas,

de las horas pesadas que distancio,

contándole mis penas a las musas.



Si supieras, papel, ay, si supieras

del torvo caminar por mis entrañas,

de un trágico rumor de calaveras,

ahogado entre clamores de guadañas.



Si supieras, papel, ay, si supieras

del turbio amanecer para este hombre,

tan solo ante el sonido de su nombre,

tu blanca faz de luto la vistieras.


* Autor: Diego Jerez González (Sereno)

Reloj de pie con ala azul - María S. Martín

Reloj de pie con ala azul - María S. Martín Hasta el último momento no supe qué había de extraño en él . Miré una y otra vez cada centímetro de su cuerpo consiguiendo tan sólo provocar un deseo alocado de grabar en mis labios cada poro de su piel, recorrí con los dedos la línea de la vida de la palma de su mano , anduve junto a él caminos de vuelta por los que nunca había transitado , paseé por el filo de sus sueños , fundí días con noches sin reconocer cuál era el fallo , el porqué de su rareza .
Al irse susurró mientras nuestras nuestras bocas se rozaban: soy un reloj de pie con ala azul en un cuadro de Chagall.

* Autora : María S. Martín (Octavia)

Un cuento minúsculo - Trini Reina

Un cuento minúsculo - Trini Reina Érase una vez un cuento minúsculo. Tan pequeñísimo era, que fue devorado por las letras.

En cuanto el autor trazaba un signo sobre el pergamino, ellas, voraces; así mismas se rumiaban y auto-engullían.

Por lo tanto fue un cuento tan nimio, tan insignificante, que ni tan siquiera en él existió absolución para el punto final.

* Autora : Trini Reina

En tus ojos el crepúsculo otoñal - Diego Jerez González

En tus ojos el crepúsculo otoñal  - Diego Jerez González Ediciones Guallavito entra hoy en el otoño de la mano del gran poeta almeriense Diego Jerez González. Sin duda un gran comienzo para esta la más melancólica estación del año.

*

En tus ojos el crepúsculo otoñal

En tus ojos el crepúsculo otoñal
despide al sol del hombre hasta otro día,
y todo el orbe anaranjado vierte
los fuegos que alimentan tus pupilas.
En tu cuerpo, perfume sostenido,
deshoja el alma un canto de alegría
en pétalos morenos que en el pubis
te muestran mas humana y mas divina.
En tu boca, risa de agua encendida,
clavel desnudo, Dios se manifiesta
tan claro que redimo mis pecados
besando su criatura mas perfecta.

* Autor: Diego Jerez González (Sereno)

En tus ojos el crepúsculo otoñal - Diego Jerez González

En tus ojos el crepúsculo otoñal  - Diego Jerez González Ediciones Guallavito entra hoy en el otoño de la mano del gran poeta almeriense Diego Jerez González. Sin duda un gran comienzo para esta la más melancólica estación del año.

*

En tus ojos el crepúsculo otoñal

En tus ojos el crepúsculo otoñal
despide al sol del hombre hasta otro día,
y todo el orbe anaranjado vierte
los fuegos que alimentan tus pupilas.
En tu cuerpo, perfume sostenido,
deshoja el alma un canto de alegría
en pétalos morenos que en el pubis
te muestran mas humana y mas divina.
En tu boca, risa de agua encendida,
clavel desnudo, Dios se manifiesta
tan claro que redimo mis pecados
besando su criatura mas perfecta.

* Autor: Diego Jerez González (Sereno)

La bombilla - Pablo De Aguilar González

La bombilla - Pablo De Aguilar González EDICIONES GUALLAVITO vuelve a recuperar este estupendísimo texto de Pablo De Aguilar González.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo en todas las ocasiones que lo he leído Wink

LA BOMBILLA

Hola. Les habla una bombilla vulgar, de 60 vatios para más señas. Hubo un tiempo en el que pensé hacerme bombilla de 100, pero me desanimó el hecho de que tenía que pasar más tiempo en la fábrica. Yo soy bombilla por vocación, me hice bombilla “softone”, toda blanquita, con una corona de letras doradas donde dice: “PHILISS 60w”; he tenido mucha suerte, diría que soy la bombilla más afortunada del mundo. Estoy colgada del techo del salón de la familia Luján. ¡Imagínense! Una bombilla como yo - cuyo mayor sueño mientras está metida en su caja es formar parte de una bonita lámpara - siendo el centro del salón. Sí, soy una bombilla privilegiada. Además, parece que a los Luján no les gustan demasiado las lámparas, porque no se les ve intención de comprar ninguna, exceptuando, claro está, a la vieja bruja, la abuela, siempre diciendo que a ver cuándo ponen una en el techo, con esa cara de vinagre que tiene.

Ustedes no lo sabrán, pero las bombillas somos muy presumidas. Yo siempre me pavoneo ante las de la lámpara del pasillo, a las cuales puedo ver desde aquí. Nosotras, nos entendemos con pequeñas variaciones en la intensidad de la luz. Nuestros dueños piensan que son problemas de la instalación, pero no, somos nosotras. La lámpara del pasillo es un plafón en el que viven dos de mis compañeras. Son dos bombillas transparentes, modelo vela, de esas con el pie más estrechito; ellas entraron después que yo en la fábrica pero se quedaron en 40 vatios. Y una bombilla de 40 vatios ya sabe, desde el principio, que es carne de plafón compartido. Nos facturaron al mismo tiempo, así que, se puede decir que nos conocemos de toda la vida. Ellas siempre me dicen que algún día se me acabará tanto protagonismo, que las bombillas no hemos sido hechas para adornar y que cada cual tiene que asumir su papel, pero yo les respondo que no sean envidiosas, que quizá un día ellas tengan suerte y salgan de esa candileja claustrofóbica.

Llevo aquí colgada ya dos años por lo menos. Soy parte de la familia, les ilumino por las noches, cuando la familia se sienta a descansar en el salón, jugar a algún juego de mesa, cenar o, simplemente, ver la televisión. A mi me gusta observarlos. Suelen llevar a cabo siempre el mismo ritual. Cuando oscurece, pulsan la llave que me ilumina, luego vienen por el pasillo con una bandeja llena de comida y un vaso de agua. Se sientan en el sofá que hay junto a la mesa baja y apuntan con el mando a distancia a la televisión; sale un rayo de luz infrarroja, del que ellos no parecen percatarse, que rebota de un lado a otro en todo lo que encuentra a su paso y que enciende el televisor cuando acierta con él. He llegado a tomarles cariño, he contemplado, desde aquí arriba, como el padre va perdiendo pelo, al igual que la bruja. Y cómo el niño está cada vez más alto; algún día va a alcanzar hasta aquí si sigue creciendo. Son buena gente, con buenos sentimientos. Tratan muy bien a todos los electrodomésticos. Siempre oigo como los padres aleccionan a los niños para que lo hagan porque, como dicen, “los aparatos valen mucho dinero”. Parecen estimar bastante eso que llaman dinero, cuando hablan de él se les nota que lo aprecian sobremanera, y si dicen que valemos mucho, será que también nos tienen a nosotros gran consideración. Escucho sus conversaciones, a veces estoy de acuerdo con ellos, a veces no, pero una bombilla como yo no debería opinar sobre ciertos temas, así que, mejor no digo de qué hablan los Luján.

Hoy no es un día normal. Hoy es Sábado. Esos días, la familia suele hacer cosas extraordinarias. Hay sábados en los que alguno de ellos se sienta en el sofá y se pasa todo el rato leyendo, o viendo la televisión, o a veces se van todos juntos a lo que ellos llaman “de compras”. Hoy se han ido todos, los niños, los padres y la abuela. Siempre que se van a comprar, los espero algo preocupada, mucho más cuando la vieja se va con ellos. Además, hoy me ha echado una mirada la bruja que no me ha gustado nada. No se... hay algo dentro de mí que me tiene inquieta. Observo al resto de los muebles y electrodomésticos del salón y no parecen compartir mi desasosiego. Ellos están tranquilos, claro.. como no son una bombilla... Si ese equipo de música de altas prestaciones fuera una radio de las antiguas, seguramente no se sentiría tan confiado. Le he preguntado al televisor de plasma, pero no se ha dignado a contestarme. Debe ser la soberbia de la juventud, le he dicho que yo también fui un último modelo, que no se dé tanta importancia, que eso se pasa en seguida, mucho antes en los televisores. Y es que no soporto a los electrodomésticos recién comprados. ¡Llegan todos con unos humos! Se creen el centro del hogar, no se dan cuenta que en cuanto pasen unos meses van a ser uno más de nosotros. Claro que el resto de aparatos suelen ser despectivos con las bombillas. Sólo porque nosotras somos sólo eso, bombillas. Si supieran que fuimos uno de los primeros y más importantes electrodomésticos que existieron. Casi se podría decir que somos sus antepasadas. Hace un rato, les he explicado al transistor y al estúpido creído televisor que, antes, las radios y las televisiones funcionaban gracias a unas antepasadas mías, las cuales, aunque eran llamadas lámparas, no dejaban de ser unas bombillitas muy parecidas a mi. Y ¿Saben que han hecho? Pues reírse de mi. Como lo oyen. Y es que ahora estos aparatos último modelo ya no saben nada, ni les interesa saber. Ya les contaré de nuevo el asunto dentro de tres años, cuando estén obsoletos, a ver qué opinan entonces.

¡Parece que ya vuelven!. Que bien. Me encanta cuando regresan, toda la casa se anima con sus voces y su jaleo. Traen un montón de bolsas, claro, han estado todo el día por ahí. No sé a qué se debe, pero cuando vienen de hacer compras, todos están mucho más contentos. Ya oigo a la abuela en el pasillo, sí, ya la distingo, entra con el padre que trae una bolsa bastante grande. ¿Qué será? No me gusta la cara de alegría que trae la bruja... Mira que me están dando unos nervios... ¿Qué dicen? Oigo algo de que la abuela quiere que llamen a un electricista. Ah, no, menos mal, el padre dice que no, que lo hace él. Ya abren la bolsa. Mira, el equipo de música no tiene buena cara, ya le va llegando la presión de tener más de un año. Es una caja, no sé qué será, la están abriendo, qué oscuro está. ¿Por qué no me iluminarán para que se vea mejor? Ahí van, sí, me van a dar luz... ¡Oh! ¡Que es esto! ¡No ilumino! ¡Me he quedado ciega!.. Todavía los oigo, cada vez mas lejos... ¿Qué dicen?

- Vaya, se ha fundido la bombilla ¡Qué a tiempo hemos comprado la lámpara!.

* Autor: Pablo De Aguilar González (Pablo A)

"Princesas" de Fernando León de Aranoa

"Princesas" de Fernando León de Aranoa Por Salakov

*

Me encanta Fernando León, para mí sin duda el mejor guionista y director que actualmente tenemos en este país, lo que es mucho decir. Tras ese tríptico de la sociedad partiendo de las unidades más pequeñas, “Familia”, hacia conglomerados sociales más amplios, “Barrio”, y finiquitando con el maravilloso retrato de toda una ciudad y su situación de desempleo, “Los lunes al sol”, ahora nos plantea una visión sobre una de las partes de la sociedad que sin dejar de pertenecer a la misma más tendemos a ignorar y a considerar ajena a ella: la prostitución.

Nuevamente el eje motor de la película (recurrente pero magistralmente presente en todas las demás de Fernando León si lo pensamos detenidamente) es la SOLEDAD de uno de los personajes, Caye ( calle de noche, calle de día ) y la búsqueda de una salida a la misma. ¿Y cómo se busca dicha salida? A través de la AMISTAD (aspecto también siempre recurrente en su cine) y una sensación auténtica de se sentirse querido, de sentirse valorado, de sentir que eres algo para alguien, de sentirse amado, si os gusta más este término:


«EXISTIMOS PORQUE ALGUIEN PIENSA EN NOSOTROS Y NO AL REVÉS»

Pero ojo, recordemos que además de la soledad y la amistad, en esta película se hace un retrato y un acercamiento al mundo de la prostitución. ¿Y qué aspectos puede llegar a tratar Fernando León a la hora de abordar este tema? Pues temas tan diversos y complejos como la inmigración, el racismo, la pobreza, la drogodependencia, la violencia hacia las mujeres,... todo ello retratado por las dos protagonistas principales o por un elenco de secundarios que aportan nuevos puntos de vista y contrapuntos a lo hasta entonces visto. Y aún a sabiendas de lo bueno que es Fernando León sacando lo mejor de cada actor, soberbios todos ellos, esto no es ningún descubrimiento, sigue siendo increíble lo que logra este director con primeros planos, actuaciones creíbles y cuidadísimos diálogos.

Porque qué diálogos. Antológicos. Desde las anécdotas pasajeras («qué poco pesas, eres un ángel»), hasta los momentos más dramáticos («peor que la muerte sería que al morir tuviéramos que volver a vivir esta puta vida») o los aliviadores golpes de humor («qué bonito te ha quedado el baño»), Fernando León da una lección de cómo se hace un guión y el poder que tienen unas simples pero bien elegidas palabras. Chapó.

Para finalizar, quiero destacar que a pesar de todos los elogios que le doy, a pesar de todas sus virtudes, que puede que esta “Princesas” sea la película de Fernando León que menos me ha gustado, la que menos empatía me ha hecho sentir con los personajes, quizá por ser mujeres las protagonistas, quizá por sentir su ambiente ajeno a mi experiencia vital. Digo esto porque siempre habrá quien haga comparaciones con sus obras anteriores y tal, pero que conste que no por ello me deja de parecer “Princesas” una obra maestra imprescindible, de lo mejor que he visto este año. Ya me gustaría ver todos los meses una película con diálogos la mitad de buenos, ya, o con actores la mitad de actores, o con la capacidad de hacerme revolver en la butaca dos horas con la extraña mezcolanza de sentimientos que muchas escenas me transmitieron, hipnotizado por las desventuras que Caye y Zulema bailaban al ritmo de Manu Chao.

Porque siempre vale la pena ver desde la cercanía historias de seres humanos auténticos, con virtudes y defectos a partes iguales, y sus motivaciones más sinceras. Porque acercándote a mundos desconocidos siempre puedes ampliar tu visión del mundo intentando abarcar más matices de grises.

Porque os lo digo yo: no son putas, son “Princesas”...