Tango - Gonzalo López Cerrolaza
Baila una canción como si nada
hubiese en el mundo excepto ella,
pasos, contrapasos que se escapan
al son de un tacón que marca el ritmo.
Un clavel se cayó de sus labios
antes, cuando niña, y nunca supo
por qué las manos de esos hombres
no sabían igual que una caricia.
Las rodillas doblan las esquinas,
suben, bajan, suben su palmito,
lágrimas que saltan por el ruedo,
círculos de sal y agua de jueves.
Codos doblegados por dos manos
que cierran los dedos señalando
el aumento de tono, ya su cuerpo
es fuego incendiario. Ya los besos,
ya el final llegó, se queda quieta.
Gira su cabeza lentamente,
abre sus dos párpados pintados,
mira al fondo negro, amaga un rayo.
Sonríe callada, ya sus pasos
son camino a casa, ya sus piernas
son piernas mortales, ya sus senos
son pechos de muchacha tranquila.
* Autor: Gonzalo López Cerrolaza
hubiese en el mundo excepto ella,
pasos, contrapasos que se escapan
al son de un tacón que marca el ritmo.
Un clavel se cayó de sus labios
antes, cuando niña, y nunca supo
por qué las manos de esos hombres
no sabían igual que una caricia.
Las rodillas doblan las esquinas,
suben, bajan, suben su palmito,
lágrimas que saltan por el ruedo,
círculos de sal y agua de jueves.
Codos doblegados por dos manos
que cierran los dedos señalando
el aumento de tono, ya su cuerpo
es fuego incendiario. Ya los besos,
ya el final llegó, se queda quieta.
Gira su cabeza lentamente,
abre sus dos párpados pintados,
mira al fondo negro, amaga un rayo.
Sonríe callada, ya sus pasos
son camino a casa, ya sus piernas
son piernas mortales, ya sus senos
son pechos de muchacha tranquila.
* Autor: Gonzalo López Cerrolaza
3 comentarios
Elempecinadocarlos -
Xesca -
Cerro -
Un abrazo.