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Colaboradores y amigos

Dos - José Alberto de Quintana

Dos - José Alberto de Quintana Infierno de luz
cuando te levantas,
soleada primavera,
de geranios enredada
entre cuerdas
que te atan
al orgullo de la herida
que abres cada día
con tu indiferente mirada.
 
Infierno de sombra
al caer la tarde,
umbríos presagios
de rosas marchitas
que peinan tu pelo,
que cantan,
y llevan a la luna el lamento
de un frío corazón
que no ama.
 
 
* Autor: José Alberto de Quintana

De la cabeza a los pies - Gonzalo López Cerrolaza

De la cabeza a los pies - Gonzalo López Cerrolaza

Eche un piñón, dos almendras,

media cáscara de huevo,

una avellana y dos pepitas de sandía.

Ya tenemos su boquita,

los ojos - elija el licor que coloree las almendras a su gusto -,

la nariz y los lunares

y, del huevo, la barbilla;

receta de una mujer

de la cabeza a los pies.

 

Machaque pelos de un coco

con cáscara de melón,

teñiremos su cabello

con yema de huevo al sol,

o bien con pimienta negra

o con rojo pimentón.

 

Eche tres plumas de cisne

que, suaves, crearán su cuello,

desmenuce un aguacate

para el tacto de sus hombros;

los brazos, los antebrazos

se harán con masa de plátano

y fresón.

¡ay, las palmas de sus manos!:

mandarinas y papayas;

 y la piel se hará de aceite…

mmm... de girasol.

 

Los pechos se harán al gusto,

pero no podrá faltar

el sabor de las cerezas

ni el azúcar de un helado

de turrón.

El ombligo es cosa fácil:

una rosquilla de anís,

diminuta, agazapada,

temblando para no desmenuzarse,

como esperando la nieve de enero.

Receta de una mujer

de la cabeza a los pies.

 

Use luego la ternura

de un buen cordero lechal,

tendremos los firmes muslos;

¿las rodillas? Eche un par

de níscalos maduritos;

¿los tobillos? Ponga huesos

de melocotones rojos

con su piel tan fina y tersa

alrededor;

La dorada es por su carne,

firme, blandita a la vez,

tendremos ya los gemelos;

sólo nos faltan los pies

- y no, estimado lector,

aquí no hablaré del queso

de Roquefort -,

los pies se harán horneando

dos berenjenas sin piel,

una pizca de limón

y sémola de maíz;

receta de una mujer

de la cabeza a los pies.

 

Me dirán: “¿y el corazón?”,

miga de pan de chapata,

aunque falta ese toque de locura,

esa enorme sensatez,

esa fuerza de diamante

y esa mirada que mata

y, a la vez, te hace vivir.

Eso, estimado lector,

debe ser una gran secreto

guardado por abuelitas,

como mapa de tesoro

de corsarios y piratas,

porque no encontré receta

que componga a una mujer…

de la cabeza a los pies;

y, sin embargo, encontré

una mujer a mi lado,

que completa mi receta,

y que cocina en mi cuerpo

sólo con pensar en ella,

el sentir que soy feliz

y el saber que estoy completo,

de la cabeza

                  a los pies.

* Autor: Gonzalo López Cerrolaza

 - Fotografía de Lucien Clergue -

He venido - Trinidad López

He venido - Trinidad López

Como un aeroplano,

tan sólo para ver,

con el pijama triste y una despedida,

he venido.

He venido con regueros de nostalgia

golpeteando con las manos aluviones de frío.

He venido con la muda de otoño,

con las plumas recién puestas

y humedad en los huesos.

He venido con las piernas,

cruzando noticias del amor ajado.

He venido como antorcha,

como pidiendo consejo.

Descuartizando soledad

he venido.

* Autora : Trinidad López

POEMA DEDICADO A COMELLA FIRMET

 

Del escritor Albert Calls

Ediciones Guallavito se siente orgulloso de presentar a uno de sus escritores preferidos: Albert Calls, sin duda uno de los escritores más relevantes de la literatura del Maresme y al que leo desde que era pequeñita. Podréis disfrutar de sus letras en numerosas publicaciones y revistas algunas tan conocidas como:  "La Clau""El Capgros". La semana pasada Albert tuvo el detalle de recomendar nuestro "Guallavito" en su blog y hoy nos regala este brillante texto... No entro por la puerta de lo contenta que estoy.

 

ESE ESPACIO PERDIDO EN EL TIEMPO que todos buscamos sin encontrarlo.
Una casa al lado del mar con frondosos bosques cercanos. Una miríada de
estrellas y un universo de seres queridos que comparten la plenitud. El
suave ronroneo de las olas que nos envuelven.

UN LUGAR PERDIDO en la memoria que nos obliga a revisitarnos.
La pincelada en el lienzo.
Una colilla hundiéndose en el wc.
Somos en nuestras propias sombras.

* Autor : Albert Calls

 

A una bruja en la noche de San Juan - Por José Alberto de Quintana

A una bruja en la noche de San Juan - Por José Alberto de Quintana

La noche arde a destiempo.
Una bruja se inclina sobre el caldero.
Su caldero.
Hay luz y música en las casas del pueblo.
Brilla la noche a lo lejos.
Cascadas de lágrimas rojas tiñen el cielo al romperse las maderas bajo el crepitar del fuego.
Y la bruja remueve su caldero.
Los mozos y las mozas bailan entre las fantasmales sombras del fuego.
Noche de fuego y brujas. Brujas que ríen removiendo sus calderos.
La noche se hace corta, consumida por el fuego.
Bosteza la bruja junto a la escoba y el caldero.
Su caldero.


 

* Autor: José Alberto de Quintana
San Juan 2006 - Dedicado a Comella Firmet

Conxuro - Por María José Sierra

Conxuro - Por María José Sierra

Pido al aire que me guarde

un cachito de su aliento

y me cubra de la esencia

que alivia en mí un verso.

Ruego al cielo que se enrede

esta noche en mi regazo,

que me regale su luna

y me guarezca bajo su manto.

Imploro al mar su lamento,

conjugado en el futuro

de dos olas que se cruzan

y atrevidas reinventan

dos palabras en sólo un beso.

Lo incomprensible e inadmisible - Por Denia

Lo incomprensible e inadmisible - Por Denia  
No se si esta página, es el lugar apropiado para exteriorizar aspectos negativos con los que nos toca convivir. De hecho creo que no. Pero no deja de ser un medio en el que nos reflejamos y reflejamos el entorno. Un lugar en el que volcamos, y exteriorizamos parte de nosotros, de nuestras preocupaciones, de  nuestras alegrías o sentimientos.
Hoy como hago casi cada día, he leído las noticias y también las he oido... Entre ellas, una me ha llenado de estupor, e incredulidad, y también lógicamente de indignación, ya que me es imposible entender o aceptar algunas cosas.
Me refiero a que en estos momentos, se está celebrando el juicio a los asesinos de Miguel Angel Blanco. En dicho juicio los presuntos asesinos y ante la  propia familia del asesinado, se han comportado con la frialdad del "ejecutor", manteniéndose en animada charla entre ellos, como si el tema les resbalara y como si en lugar de matarlo le hubieran salvado la vida.
No puedo entender a esas personas, ni si lo son, y en ese caso, de que clase. Me es imposible razonar como son capaces de comportarse así ante la madre de alguien a quien han quitado la vida, sin razón, sin motivos, sin justificación alguna y sobre todo, habiéndole tenido previamente secuestrado y sin poderse defender. Me imagino lo que puede sentir esa madre. Lo que puede imaginar pasó su hijo en las horas que le tuvieron en sus manos esos presuntos asesinos que tiene delante.
No sé, es demasiado cruel y doloroso.
Personalmente, soy una defensora de llegar a la Paz. También creo que debe hacerse todo lo necesario para que no hayan más asesinatos, y creo firmemente que no se llega a ninguna Paz sin negociar. No estoy haciéndo una crítica a la labor de un Gobierno que lo está intentando, como no la hice cuando se esbozó un inicio de negociación por el Gobierno anterior. Estoy segura de que la historia exige un esfuerzo a todos por llegar a una solución pacífica.
Lo que me lleva a escribir estas letras, es esa especie de falta de humanidad que han demostrado hoy los acusados y que la justifican en torno a una ideología que se supone defensora de la libertad. ¿Existe algo que pueda justificar actuar de ese modo?. Pueden alguien que a su vez ame, o quiera a otro ser, aceptar que es humano el no demostrar el más mínimo sentimiento por el sufrimiento ajeno?.
A veces he tenido que compartir esos momentos tristes del adiós.. y hayan sido o no personas allegadas, no ya que los que se fueron, sinó quienes los lloran, no he podido remediar en esos momentos hacer míos sus sentimientos, creo que es imposible que no conmueva ver el sufrimiento.
Sin embargo, parece que no siempre es cierto... 
* Autora:  Denia (Barcelona)
   21/06/2006
  denia115@hotmail.com

Muros - Por aMINÚSCULA

Muros - Por aMINÚSCULA Finalmente decidimos construir un muro que impidiera venir a la gente del sur.
Durante un tiempo veíamos a los hombres y mujeres, incluso a niños... intentaban trepar el muro, nos pedían ayuda... Con el tiempo dejaron de acudir y ya no parecía haber vida al otro lado del muro.


Ahora son los otros, los del norte... Están construyendo un muro para nosotros, idéntico al que nosotros construímos para los del sur...

* Autora: aMINÚSCULA

Sin ti - Jaime Vázquez

Sin ti - Jaime Vázquez ¿Qué haría?

Triste y vencido

en los atardeceres blancos.

¿Qué haría?

Sin tu cintura de música

ni el voto de tu mirada,

cuando la noche venga para dormirme.

¿Qué haría?

Y cuando sienta otro aliento en mi nuca desnuda

donde el tuyo construyó el color,

y otras manos surcando mi piel estéril

donde tus manos sembraron vida,

u otros labios

u otra risa.

¿Qué haré,

amor,

doliente y rendido

sin encontrar tu abrazo cada día?


*Autor: Jaime Vázquez

Sentidos - Por José Alberto de Quintana de León

Sentidos - Por José Alberto de Quintana de León Amor sin olor.
Busco su aroma
y no lo encuentro...
las flores empañan mi sentido.

Amor sin gusto.
Quiero paladear tu presencia
y no la encuentro...
no está el sabor de tus besos.

Amor sin tacto.
Ansío tu cuerpo entre mis brazos
y no lo encuentro...
está diluído en la distancia.

Amor sordo.
Te llamo a gritos
y no te encuentro...
sólo percibo mi eco.

Amor ciego.
Daría mi vida por verte
y no te encuentro...
la soledad me rodea.

Amor sin olor, sin gusto,
sin tacto,
amor sordo, ciego.
Amor puro...puro amor.



* Autor: José Alberto de Quintana

Corazón de mariposa - Por José A. Romero Seguín

Corazón de mariposa - Por José A. Romero Seguín
Nos reímos indolentes,

en la arrogancia de nuestro ser,

de la fragilidad de las mariposas.



Vahídos de princesa,

rumores de sofocado aliento

en la boca del amante,

ecos de divinas palabras

nunca antes pronunciadas.



Nos reímos sin ganas

y mucha maldad

de la leve existencia de las mariposas.



¿Pero qué es nuestro corazón

sino un continuo revoloteo

de embrutecidas mariposas ?



A golpes las alas

electrizan el polen,

y nace la crisálida

del quiescente sueño

a la magia del vuelo.



A golpes el corazón

electriza la sangre,

polen de nuestra vida,

y alcanza el hombre

a ver volar mariposas.



A verlas volar,

sólo a eso alcanzamos,

y, aún así, nos parece breve

y frágil su vuelo.



¡Ay corazón!,

ensoñación de mariposa eres,

en un aleteo la vida

en un silencio la muerte.



¡Ay corazón!

mariposa de mis sueños

dueño de mi vida en flor.



¡Ay corazón!, ¡mi corazón!,

no te distraigas,

vuela,

vuela hasta completar una eternidad

de mariposas,

de mariposas corazón,

de mariposas.


* Autor: José A. Romero Seguín

Barquita sureña - Trini Reina

Barquita sureña - Trini Reina Al sol, tendidas las redes.

Alfombra de hilo

reposando en la arena.

Y una barca,

que la mano amiga del pescador espera.


El mar, hoy en calma,

con ella coquetea.

Ven conmigo, le susurra.

Mis aguas te aguardan

bullendo promesas.


Un tesoro de peces te daré.

Y si quieres, para tu exorno,

un abalorio de perlas.

Y te meceré en mis brazos

de espumas y nieblas.


Quiero ser tu amante

barquita de pesca.

Desde tu proa a tu popa te amaré;

de mi pasión serás la dueña.


Deja que te acoja en mis aguas

barquita sureña.

Que hoy para ti luzco sereno,

olvidada quedó mi fiereza.


No esperes al pescador.

¡Ven conmigo!

Que me muero de impaciencia.

Yo colmaré tus redes

de peces y sirenas.

Y cuando en la madrugada

aparezca la luna,

a acicalar en mi espejo

su tez de luz morena,

yo te devolveré,

alborozada y plena;

a la segura quietud

de tu puerto en tierra.

* Autora: Trini Reina


Biarritz a media sombra - Trinidad López

Biarritz a media sombra - Trinidad López


Cruzó la calle a saltitos,
con los ojos abiertos a media sombra.
Cruzó la calle a lomos de la brisa,
con aquella delgadez de sombra y gorriones.
Cruzó la calle a ras de parachoques,
con la boca entreabierta y rumor de comisuras.
Cruzó la calle lentamente,
con los hombros despegando a mirar horizontes.
Cruzó la calle con mis ojos.
Yo ayudé con mis párpados.

 * Autora: Trinidad López

Fotografía: Miguel Ángel Lordán

Baile y jadeo - Herminia Blanco

Baile y jadeo - Herminia Blanco

 


El silencio ha dominado al murmullo. La oscuridad se asienta sobre las candilejas. La respiración se detiene en un suspiro. La vida está a punto de comenzar.

Tac-tac

Resuenan ecos perentorios.

Tac-tacatac-tac.

El corazón restituye su latido. Un foco alumbra el duende.

Tac, tac, tac, tac-tac.

Pasos revoleros, sordos, de azabache y sangre. Repiqueteo de campanas tamborileras revestidas de sigilo.

Tac-tacatac-tacatac...

Un sol de ínfimos rayos fija en las retinas expectantes la imagen silente de la bailaora. Se suben los vuelos iniciándose la orgía.

Tacatacataca-tacataca-tac-tac-tac-tacatacatac....

Las manos se lanzan al aire.

ta-ta-tacata-taca-taca-tacatac...

Primer acorde de guitarra. Luces al cielo. Remolinos de pasión.

La guitarra se desangra al son del duende que se agita, se conmueve, se detiene para volver a arrancar.

Taca-taca-tac-tac-tac....

Giros de melena despeinada, clavel que cae a los pies. Rojo y negro fundidos en volantes arrebatados. Taconeo, pasión, entrega...

Tac-tacatac-tacatacatac...

Los senos ardientes se agitan en un jadeo continuo.

Tactacatac-tacatac-tacatac...

Silencio, olvido, telón. El baile ha acabado.

* Autora: Herminia Blanco (White)

La discusión - Diego Jerez González

La discusión - Diego Jerez González

- Ya está bien de quejarse ¿no? Que si es que tú no me entiendes,
que si no me comprendes, que si no me haces caso… ¿No se te ha
ocurrido pensar que eres tú el que no se hace entender?
Llegas siempre borracho o con la depre, a las tantas, y encima
quieres que esté aquí, como si nada, y me ponga a tu disposición…
Pues no señor, eso se ha acabado, ¡Esto se ha acabado! ¡No estoy
dispuesta a aguantar ni un solo minuto más! ¿Te has creído que soy
un cleenex que puedes usar y tirar a tu antojo?
-¿Qué se ha acabado? ¿Qué pasa, es que no puedo ni tomar una
copa con mis amigos? Ya sabías como era cuando me conociste… y
entonces no te importó.
-¡No me hables de cuando nos conocimos! Cuando nos conocimos
eras el hombre más encantador del mundo. Pasabas las horas
mirándome con emoción, acariciándome la espalda… Pero si venías
desesperado a buscarme después de las clases, TODOS LOS DÍAS.
- ¡Ya estamos! Te he dicho que se trata de un problema pasajero.
- ¿Pasajero? No me hagas reír, hace meses que no me tocas.
- A lo mejor, si tú pusieras algo de tu parte…
- No necesitabas ayuda cuando me tirabas sobre la mesa de la
cocina ¿verdad que no? Ni cuando parabas el coche en cualquier
sitio sin importarte la gente. Ni cuando se nos perdían las horas en
tu cama.
Mírate, no eres ni una sombra del recuerdo del que fuiste. ¿Dónde
está el hombre que conocí? Delante de mí no veo más a que un
borracho fracasado.
- Claro, para ti es todo muy fácil, te pasas todo el día en la casa sin
hacer nada, mientras que yo trabajo como un cabrón para pagar las
facturas. Paso todo el puto día en la calle tragándome las broncas
de los clientes, aguantando las cabronadas del jefe, echando más
horas que un reloj… ¿Y para qué? Para tener que aguantar tus
reproches cuando vuelvo a la casa.
¿Qué no toco? Pero si ni te inmutas cuando lo hago. Tú estás
siempre ahí, quieta y callada, ignorándome. Si por ti fuese
pasaríamos los días sin hablarnos, sin mirarnos siquiera.
Autor: Sereno
Que no te toco… ¡Si eres un témpano de hielo! No me extraña que
estés tan blanca…
- Ahhh, con que se trata de eso ¿no? Es porque soy blanca ¿verdad
que sí, racista hijo de puta? Haber empezado por ahí… Podías
haberte dado cuenta hace quince años.
¡No eres más que un borracho inútil!
- ¿A sí? Pues tú eres una…
- ¿una qué? A ver, dilo si tienes cojones.
- Una puta, una puta hoja en blanco. ¡ya está! ¡ya lo he dicho!
- Y tú eres un pésimo escritor.

* Autor:  Diego Jerez González (Sereno)
 

Peligro - Cristian Villalobos

Éramos cuatro gatos. Los otros tres me daban miedo.

* Microcuento por Cristian Villalobos

Mírame - Carmiña Díaz Alvarez

Mírame - Carmiña Díaz Alvarez

Mírame.
Cabalgo el dulce cuerpo de mi madre y no añoro ninguna otra cuna.
Me perfuman las hierbas que me rozan y el aroma maternal de su piel morena.
Estamos contentos.
Ella, porque volvió del exilio y la soledad de sus campamentos, yo, porque con ella inauguro un mundo nuevo lleno de sueños y esperanzas.
Su cuerpo se inclina hacia la tierra y, si hace falta, la regará con la leche de ese seno que me alimenta y me atrapa.
Mi cara reposa sobre el terciopelo de su espalda y mi oído escucha la sinfonía imparable de su joven corazón.
Yo soy su primera semilla germinada.
Ella es mi mundo y mi sonrisa.
Vuelve a mirarme…
Y descubre que somos la viva estampa de la esperanza sobre la madre Tierra…

* Autora : Carmiña Díaz Alvarez

Imagen de S. Salgado, de su serie Éxodos, tomada en la provincia de Zambeze, Mozambique, en el año 1994.

Por José Alberto de Quintana de León

Agua, cielo gris...
sed.

Tiembla la mirada,
escalofríos de angustia
en la nada
de verme sin ti.

Te pido, te ruego...
lloro.

Y no te encuentro.

Agua, cielo gris...
sed.
Sed de ti.

* Autor: José Alberto de Quintana de León

Su mejor cara

Su mejor cara

En la vorágine de la vida, ese trepidante torbellino de gentes y sucesos, olvidó que su mejor cara era la que ocultaba en la sombra.

* Autora : aMINÚSCULA

Visita su web : http://deuntrazo.blogspot.com/

Entre auroras seguras - José Alberto de Quintana de León

Entre auroras seguras - José Alberto de Quintana de León

Hace tiempo que no estás

pero vivo de la ilusión

que un día te viera

aparecer en la ventana de mi ánimo

como un terremoto de fresca hiedra

trepando con alegría

por los grises muros de la ausencia.

Una mirada oportuna

a la mágica palabra del destino

que interpuso en nuestras vidas

confidencias, cariños y silencios.

 

Un día si y otro también

agazapados en la sombra

buscamos la mirada y encontramos el alma.

Irreverente destino

que un día da y otro quita

sin contemplar tibiezas

que amargan las horas del olvido.

Aún entiendo el porqué no entendía nada,

a pesar de saber

de la sinceridad de tu palabra

y tenerte cada día

en los brazos de la media noche

mientras con angustia

abrazaba fuertemente mi almohada.

Y allí estabas,

arrogante y serena

tierna y enérgica...

sin concesiones;

o me tomas o me dejas.

Poco a poco fuiste abriendo

un canal en mi desierto

por dónde fluía el frescor

de un alma hermana

que se acerca con cariño

al erial de la nada.

 

 

Y nunca te lo dije

pero ya entonces lo pensaba.

Y al ver tu nombre escrito

se me sublevaba el alma,

me llenaba de regocijo

y desaparecía la pena

para llenar de júbilo la noche

entre palmas...

Complicidad, silencios y distancia,

así era la fuerza

que un día si, un día no

se acercaba a nuestras almas.

Y no entendía el porqué

y a veces no lo aceptaba.

Quería una claridad

que no podías darme

porque no la conocías,

pero allanabas mi camino

con tu serena calma.

 

Y pasaron días y meses

sin poder decir que hoy

fue mejor que ayer,

sin reparar en la distancia;

aceptando los momentos

que poco a poco se alejaban,

sabiendo que ya es historia

el lugar que ocupas en mi morada.

No me arrepiento de nada,

no pienses que lloro ausencias,

tú sabes que no es eso.

Es la angustia de verte pasar

frente al espejo

y no poder ver el fondo

de tu mirada.

Quizá lo que un día nos unió

nos separe en el futuro,

porque nos unió la distancia.

La misma distancia que abre puertas

frente a largos caminos de ausencia

y que lleva corazones

de zozobra, lágrimas y penas.

Pero que es capaz un día

de llegar a ser minúscula

a los ojos que se encuentran

tras tiempos de añoranza.

¡Qué poco vale entonces la distancia!

Hasta es grato recordarla.

Pero eso sólo ocurre

cuando ves acercarse el día

en que puedas superarla.

Día incierto, día de nervios,

que deseas que llegue, con miedo

a ver realizado un sueño

que no sabes si es mejor

seguir soñando, que verlo hecho.

 

Poder sentir tus ojos

a través de la palabra

y viajar entre nubes de algodón,

trémula la mirada,

por esos mundos de colores

de los que tanto me hablas.

Rozar montañas lejanas

para abordar las aguas claras

de tu mar...

Ese mar que te da vida

con su luz, su viento y su agua.

Acompañarte entre olas amigas

que no mojan si estás cerca,

con tu mano entre la mía

y a lo lejos oír la brisa

que ondea entre tu pelo

para besarte tiernamente en la cara.

Es tu luz, es tu mar, es tu playa;

en verano calma

cómo calma es tu sonrisa

cuando cierras los ojos y te abrazas

a la brisa juguetona

que sobre las olas corre,

presurosa, a tu encuentro

para tomar de ti la vida

que ofreces gustosa

a su cálido aliento.

 

Y aún así, volver atrás la mirada

contemplando el rastro de tus pisadas,

pequeña huella en la arena

que marca senda feliz

entre dunas, conchas y olas,

haciendo camino seguro

a cobijo de tu sombra.

Ese pequeño pié

que atravesó abruptos pedregales

con determinación y firmeza

sin importar la herida,

para curar otros llantos.

Llantos de mar que un día llegaron

reclamando atenciones

para volver a la luz que da vida.

Y contar con mi oído

y la complicidad debida,

para entender poco a poco,

la razón de tu luz

ante nubes pasadas

que amenazaban tormenta.

 

Pero como siempre vuelve

apareció completa.

Llena de dudas amargas

con tintes de disculpa,

de tirar toallas,

de esconder la cabeza debajo del ala.

Y lograste tumbar mi alma.

Vi derrumbarse castillos de arena,

amenazantes olas negras

aplastaron las murallas

y no dejaron piedra sobre piedra.

Herido de gravedad

no encontraba consuelo en el alma

que curase tanta herida

sin encontrar tu palabra...

Y el silencio se hizo eterno,

día a día, minuto a minuto,

se hizo mayor la angustia

que empañaba mi mirada.

Negras sombras me rodeaban

y no sabía que hacer

con mis vacías manos

en los bolsillos del alma.

Y así llegó mi mañana

con la cara ennegrecida

por surcos de sarcasmo,

mientras mis ojos huidos

buscaban sujetarse en  algo.

 

Y tras la tempestad, la calma.

Apareció la luz muy de mañana

con una amplia sonrisa en los labios,

perlas sobre rosas...

tímida golosina azucarada.

Me hablaste de paciencias,

de perseverancias...

y nombraste dudas y tormentos

que tu corazón llenaban.

El sol no hiere la mañana

y menos a un alma que tiembla

al verse tan cercana.

Hay miedos de noche

que tiritan de madrugada

ante vientos de galerna

en un alma arrugada.

Frente a ti viste estrellas

que mostraban el camino

de luceros plenos de cariño

que bordeaban los senderos

guiando al abrazo amigo.

Aceptaste recogerte en ellos...

Y a la puerta de tu casa

junto al sol de mediodía,

me cuentas historias de nubes

que buscan ardientes soles

para subir, condensarse y llover

sobre la cabeza de esta niña

que a pesar de lo que digas,

aún llevas dentro...

Y me llevas de la mano

a subir la duna de tus sueños

donde sólo hay arena, pinos y mar,

paz, sosiego, calma y anhelo.

Y sin estar contigo, estoy.

Sin poder verte, la mejilla te beso

sonriendo, mientras aprieto tus dedos

entre los míos,

durante mucho... mucho tiempo.

 

No volver ya la vista atrás,

obtener confianza en el futuro

que alienta la tibieza

de ese ser tan querido

que llevas dentro...

Repasando cada día de la vida

sin ánimo de revivir angustias

pasadas, ni malos equipajes

que antes nos llevaron

por caminos abruptos, torcidos

y nunca deseados...

Sentir que florece la nueva esencia

que marca un común destino

de distancias superadas

y vivir en armonía, en concordia

con los brazos abiertos

a la clara llamada

que el grito del alma querida

sabe hacer llegar a nuestro oído.

Escuchar, siendo cauto,

sin juicio ni prejuicio

que empañe la dulce mirada

desprendida cada día

desde lo alto de tu ventana.

Tener fe en que, aunque lejos,

puede estar cerca el día

de tenerte entre los brazos

y que asalten nuestra mente

esas nuevas sensaciones

que tanto miedo nos han dado

a veces... sólo a veces.

Y el roce de los labios

y la escasez en la palabra,

y la emoción contenida,

y la lágrima que resbala.

Todo ello en un instante

de magia recuperada.

Es entonces cuando desaparecen

infiernos carentes de valores

para abrir a tus pies los cielos

ricos en flores de azahar, rosas

y mieles...

Llegará el sol de madrugada

llenando de luz el sendero

que nuestra vida reclama

para poder acudir, juntos,

por una vez, al nacer de una mañana.

Y posar con las flores

en la fotografía del alba...

 

Mírame a los ojos,

abre al mundo tu esperanza,

aunque lejos, estoy cerca

y quiero amoldarme a tu esencia,

no dejar que entre almas

pase el más leve aire

que separe momentos.

Como los labios en los besos,

capaces de tomar formas diferentes

para no perder el contacto

con el labio ajeno.

Como los cuerpos en el abrazo

que se entretejen y aprietan

temiendo que algo los separe.

Como la playa y las olas

con su rítmico movimiento...

Poder así unirme a tu alma

tomar tu forma, vivirte,

respirarte, hablarte, sentirte...

Sentimientos al aire

que no por esperados,

vienen carentes de miedos,

azules, como el cielo,

tibios, como la mañana,

pero sinceros y enteros.

 

Habrá días de alegría

otros, sentirás penas,

y quisieras, en un arrojo de vida,

desprendida de mentales vestimentas,

lanzarte a la vorágine entera.

Conseguir trepar la inteligencia

para, abandonada en los llanos del alma,

ser feliz...

Con los ojos cerrados, el pelo al viento,

despeinado.

Dejando que el sol matice

ceda recoveco de tu piel,

tus pestañas, tus cejas, tus labios,

tus besos...

buscando el hondo sentido

que cada palabra tiene

cuando te la trae el aire

desde la boca que te quiere

hasta lo más profundo de tu cuerpo.

 

© José Alberto de Quintana de León

2003