Trato o truco - Juan José Noche
TRATO O TRUCO
Un cuento americano
El pequeño se sentía eufórico con el correr de los días y tenía sobradas razones para estarlo. Había cumplido diez años y pronto llegaría el 31 de octubre. Una semana antes de la fecha, las empleadas de servicio comenzarían con los preparativos, haciendo dulces y calando calabazas para decorar las estancias de la casa, lo que aumentaría su excitación. Las fiestas como el Día de Acción de Gracias o la Noche de Navidad con la llegada de Santa, le encantaban , pero Halloween era su preferida y esta vez tendría un sabor especial. George, que era afecto a espiar todos los movimientos de la casa, había descubierto la sorpresa que Barbara, su madre ,y Mae la criada de toda la vida, le estaban preparando. Era lo que más deseaba en este mundo: un traje de Muerte. Sobre una tela oscura se marcaban los huesos de un esqueleto en un color blanco brillante ; una capa negra con casulla y una guadaña completaban el disfraz.
Estaba feliz, ya nunca más tendría que salir por las calles de New Haven de la mano de Mae, arrastrando a sus cuatro hermanos menores, todos disfrazados de gnomos verdes, que más que asustar causaban risa. No pocas veces había sido objeto de burlas que le hacían los niños mayores. La próxima noche del 31 de octubre, saldría solo con un grupo de compañeros de la preparatoria Philips. Tenia muy buenos motivos para que llegara ese momento, podría recorrer el pueblo a su antojo luciendo su disfraz de Muerte.
Fue creciendo y disfrutando su pequeña libertad en las noches de Halloween. Junto a sus compañeros asustaba a los niños pequeños , les arrebataba los botines de dulces y , cuando las calles quedaban desiertas, hacía sonar las campanas de las residencias, ya de madrugada, sacando a sus vecinos de la cama.
Con el paso del tiempo, quedaron atrás su infancia y adolescencia. Partió a Yale primero y luego a Harvard. Si bien nunca se destacó en nada, la riqueza y los contactos de su familia lo ayudaron a llegar hasta lo más alto del poder. Pero George conserva aún sus costumbres de la niñez. Desde el Salón Oval llama de madrugada a sus colegas de países emergentes para asustarlos y ofrecerles trato o truco. Algunos de sus allegados más íntimos aseguran que bajo su traje sigue usando el disfraz de Muerte que tanto le gustaba. Ahora asusta.
* Autor: Juan José Noche
Un cuento americano
El pequeño se sentía eufórico con el correr de los días y tenía sobradas razones para estarlo. Había cumplido diez años y pronto llegaría el 31 de octubre. Una semana antes de la fecha, las empleadas de servicio comenzarían con los preparativos, haciendo dulces y calando calabazas para decorar las estancias de la casa, lo que aumentaría su excitación. Las fiestas como el Día de Acción de Gracias o la Noche de Navidad con la llegada de Santa, le encantaban , pero Halloween era su preferida y esta vez tendría un sabor especial. George, que era afecto a espiar todos los movimientos de la casa, había descubierto la sorpresa que Barbara, su madre ,y Mae la criada de toda la vida, le estaban preparando. Era lo que más deseaba en este mundo: un traje de Muerte. Sobre una tela oscura se marcaban los huesos de un esqueleto en un color blanco brillante ; una capa negra con casulla y una guadaña completaban el disfraz.
Estaba feliz, ya nunca más tendría que salir por las calles de New Haven de la mano de Mae, arrastrando a sus cuatro hermanos menores, todos disfrazados de gnomos verdes, que más que asustar causaban risa. No pocas veces había sido objeto de burlas que le hacían los niños mayores. La próxima noche del 31 de octubre, saldría solo con un grupo de compañeros de la preparatoria Philips. Tenia muy buenos motivos para que llegara ese momento, podría recorrer el pueblo a su antojo luciendo su disfraz de Muerte.
Fue creciendo y disfrutando su pequeña libertad en las noches de Halloween. Junto a sus compañeros asustaba a los niños pequeños , les arrebataba los botines de dulces y , cuando las calles quedaban desiertas, hacía sonar las campanas de las residencias, ya de madrugada, sacando a sus vecinos de la cama.
Con el paso del tiempo, quedaron atrás su infancia y adolescencia. Partió a Yale primero y luego a Harvard. Si bien nunca se destacó en nada, la riqueza y los contactos de su familia lo ayudaron a llegar hasta lo más alto del poder. Pero George conserva aún sus costumbres de la niñez. Desde el Salón Oval llama de madrugada a sus colegas de países emergentes para asustarlos y ofrecerles trato o truco. Algunos de sus allegados más íntimos aseguran que bajo su traje sigue usando el disfraz de Muerte que tanto le gustaba. Ahora asusta.
* Autor: Juan José Noche
7 comentarios
Greacie -
Mulú -
Besotes para vos, gonita
La Mullighan
Comella -
Pablo A -
Buena historia, sí señor (noche, claro)
Un abrazo.
Pablo.
Anónimo -
susanaaa
Infierno -
Espuma -
me ha gustado.
un abrazo.