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Mensaje en una botella - Armando Alexandre

Mensaje en una botella - Armando Alexandre A veces. Algunas veces, cuando encontraba el amor y también el desamor, gustaba de pasear al amanecer por la playa de San Pol de Mar, (playa que se ubica en el litoral catalán)...Y anoche se encontró con el desamor, no era la primera vez que tenía que hacer frente a una ruptura...Montó en su Vespa, y enfiló por la carretera del litoral, con destino a San Pol, dejando atrás el reguero de luces de su amada y odiada Barcelona.

Mientras paseaba por la arena pensaba: “Los efectos inmediatos del amor y del desamor son: un montón de sensaciones, la gran diferencia es que en el amor las sensaciones vibran hacía fuera; y en el desamor las sensaciones vibran hacía dentro”...Los primeros rayos de sol, escalaban por el abismo del mar. Él seguía pensando:” ¿Por qué tanto en el amor como en el desamor se siente uno sólo”...Vio la botella en la orilla. La cogió para lanzarla al mar y observó que dentro tenía un papel...Destapó la botella. Sacó el papel y leyó:

“Si estás cansado de andar sin rumbo fijo. Si te crees que eres una persona de éxito, pero luego no sabes que hacer con él. Si el amor te dura menos tiempo que el desamor. Si el nebuloso sabor amargo de la tristeza se apodera de ti, dejando témpanos de vacío en tu interior. Si te sientes como un libro leído por el final y al revés. Si te encuentras partido en dos, como la hoja que cae del árbol y con lenta agonía espera su final. Si quieres gritar y no puedes, porque tu grito es interior. Si estás al borde del precipicio y notas que vas a caer. Si piensas en detenerte porque no puedes más. Si te miras al espejo y no te reconoces. Si caminas detrás de tu sombra. Si el vertiginoso reloj, que marca el ritmo de la ciudad te agobia. Si crees que la vida es sencilla, pero la complicamos...Si algo de todo esto –mucho o poco- te ocurre: salta el charco y ven a la isla más bonita del mediterráneo.”

Anoche no era ayer, si no hace 21 años; y en esta tarde de mayo veraniego, cerca del Café del Mar, contemplando la puesta de sol, saca de su mochila una botella vacía, arranca del bloc una hoja que ha escrito. La lee: “Quien lea esto, puede estar seguro, de que la vida es bella y a veces divertida. Vale la pena luchar por eso. Ahora bien, debes de buscar la isla. Tu isla...Pero no busques la isla mirando hacia el horizonte, ni hacía arriba, ni hacía abajo. ¡No!. Búscala mirando hacía dentro...La isla eres tú...Explórala, e intenta conocerla.” Enrolla la hoja y la introduce dentro de la botella de hierbas ibicencas. La tapa y la lanza al mar...El sol ya va descendiendo por el abismo del mar.

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