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Caramelo y Katmandú --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Caramelo y Katmandú --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Hubo una vez de caramelo,
y de sonido de lluvia, y de mañanas...
Y eran ámbar las propuestas
que la luz hizo, suavemente,
provocándose en reflejos
como la palabra de silencio
que se habla en el reino de los ojos.
La exactitud de la tierra
fallaba bajo la valentía desnuda
de los pasos que, sin miedo,
no se detienen ante las distancias
que germinan caminos de adiós,
y la gravedad fue una carta leve
escrita en el rojo, y naranja, de Katmandú.



* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Palabra callada --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Palabra callada --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Creo que hay una palabra sin letras
que aguarda tras el silencio, callada.
Está hecha con retales del pasado,
y pedazos de futuro añorados en presente.
Son vocales, ahora en bocas mudas,
sin sonidos consonantes, por frágiles.
Es esa palabra que nace blanca
frente a unos ojos escritos en negro,
como la sombra que regala el azahar al suelo,
y parece poco todo el tiempo del tiempo,
porque las horas son minutos por la piel
cuando en cada segundo nace de nuevo el primero.

* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Fotografía de Jan Van Den Bos (de la serie "The light and the colour of Greece)

Verdad mentirosa --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Verdad mentirosa --- Chus Alonso Díaz-Toledo

La verdad es una silueta
que coquetea a contraluz,
pausadamente se desnuda,
para dejar libre a la mentira
que entraña con cada sentencia.


La verdad es como un río seco,
y se retuerce por los valles
de lo que ya se sabía antes,
pensando que no errará
al decir lo que será después.


La verdad es prepotente
porque cree que es cierta,
y desconoce que la certeza
la quita, y la da, el tiempo,
desde que éste es tiempo.


La verdad se miente a solas,
ella misma se engaña,
para poder tener un sitio
donde no importan los modos
con los que se habla a la vida.


La verdad era una ventana
en la mañana, por la que el sol
se hacía un calor compartido,
mientras en el frío crecían
los árboles que nunca darán luz.

* Autor : Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Sabor de mistral --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Sabor de mistral --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Sopla el mistral otra vez su historia,
y me cuenta las horas del viento
que viajan con la canción de la sal.

Lleva una caricia de ida, y de vuelta,
un susurro mudo en la lejanía,
que tiene el sabor de los recuerdos
en la memoria del paladar.

Veo en su transparencia el ser,
escucho el silencio de sus palabras,
y el sonido que se dijo más allá
del significado que un día tuvo sentido.

Vuela volteretas de suelo, y de arena,
y remolinos arrebatando sombras
de papel charol, y pajaritas chinas,
mientras en las nubes
el cielo lleva segundos con horas,
que serán años más tarde olas de mar.

 

 

Autor : Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Fotografía de : Diana Murcia (Diali)

Ruegos y preguntas (fragmento) --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Ruegos y preguntas (fragmento) --- Chus Alonso Díaz-Toledo

"Le he pedido al infinito
que me lleve hasta donde termina
la fuerza de una bala,
y que allí me cuente
el secreto de un suspiro,
tejido en la cuerda
donde se secan las añoranzas"

(...)

Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Papeles por los suelos --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Papeles por los suelos --- Chus Alonso Díaz-Toledo
Me gustaba escuchar a los papeles que encontraba en la calle, los que nadie quiere, y tira sin importar el sitio donde caen. Todos los papeles me contaban algo, aunque mis preferidos eran los papeles disidentes, los que saltan con la ayuda del viento, desde las papeleras, al suelo. Tras tantos años de frecuentar las venas en las que se gasta la ciudad, conocí a papeles para todos los gustos, con todos los colores imaginables, y de todas las formas posibles que les permitía la física papirofléxica. A lo largo de ese tiempo escuché a los cinco continentes en pedacitos. Había conocido recados de compra, números de teléfono a los que nunca me atreví a llamar, nombres que se volvían anónimos en mis manos, y alguna que otra nota de suicidio sin la firma de la muerte. La sensación que nacía ante aquellas formas era la misma que regala el oxígeno a la sangre, o la calma que ofrece el agua a la sed de la soledad que se agrieta a solas, cuando el descanso para tanto cansancio no es otro que el de no dejar de caminar. No necesitaba leer las letras escritas para saber qué decían aquellos trozos de vida poliforme, de hecho nunca lo hice, siempre preferí escuchar el ruido que las arrugas me susurraban al estirarse la fibra entre mis manos, mientras retomaban la forma educada de ser papel. Aprendí a reconocer los acentos de los árboles en ellas, la suavidad que habla la “ce” latinoamericana, o la rubia rotundidad inamovible de la “che” anglosajona, se mezclaban con el ritmo de la “te” africana, y la perpetuidad asiática de la letra “ele”. No tuve ninguna preferencia de clase, raza, o credo, escuché con la misma atención la solemnidad de un papel con membrete, que el desconsuelo de una bolsa rota con el fondo perdido. Podía reírme con un papel secundario olvidado por el guión de la vida, y llorar hasta el agotamiento escuchando las historias de una entrada no usada de cine. Encontraba la misma buena predisposición en el ruido del papel cristiano, que en el aroma curvo que luce la media luna de Alá, entendí la calma meditada de oriente, y disfruté con las coloridas deidades africanas al danzar. No podía pedirle más a la vida, tenía a mi disposición el universo, y sólo yo lo sabía.
Me dio pena el desconocimiento que aprendían los demás, la trágica situación de aquella gente que ignoraba semejante grandeza del humanismo de a pie, y quise compartir mis conocimientos con el prójimo. Ocurrió que el prójimo andaba liado con la hipoteca de otro prójimo, que no tenía ya más vida para hipotecar, y no tuvo tiempo para prestarme atención cuando supo de mis variables intereses. Caminé por calles repletas de prójimos sin tiempo para reparar en mis sabias palabras, sordos de pies y manos, se desgastaban dentro de sus zapatos de cemento gris, y cordones de acero, para llegar siempre a ningún sitio de su agrado. Entonces me di cuenta de un detalle que me llenó de desasosiego. Vi cómo aquellas personas tiraban sus papeles, y supe porqué en ellos encontraba vida, una vida que se les caía a trozos, sin tiempo para recogerla.
* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

En el centro --- Chus Alonso Díaz-Toledo

En el centro --- Chus Alonso Díaz-Toledo En el centro del alma,
viven los extremos de la vida,
ahogados en un mar de dudas
que se mueren por vivir.
Encarcelados por la eterna razón
de las falsas conciencias,
sobreviven a la excomunión púrpura
que llueve desde un cielo
donde nunca lucieron los soles,
ni las lunas curvas de más allá.
Evitan el equilibrio del hastío
desequilibrándose en la sangre,
y lo ignoran, como se ciegan
los ojos nuevos ante la nueva luz.
En el centro del alma
viven los extremos de la vida,
y se mueren por tocarse,
para volverse a vivir.

* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

* Fotografía : Eclipse del pasado lunes día 3 de octubre.
Tomada desde La Coruña por Rosario Barros para Ediciones Guallavito.

Vuelta de noche --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Vuelta de noche --- Chus Alonso Díaz-Toledo He vuelto a las noches
donde los sueños son suelos rotos,
a los tragos de las barras
donde el amor tenía el precio justo,
y descoso de mi ropa cansada
las palabras que dolían tras pronunciarlas.
Remo sobre la madera de una vieja barca
llena de agujeros de tiempo,
mientras en el mar se dibujan
innumerables montañas rusas con vida propia,
que mojan el ánimo, en cada embestida,
con las lágrimas de sal de las penas.
Pierdo el libro que te enseña
cuando tras la puerta no queda calle,
ni pies que vayan de aquí para allá,
ni manos buscando manos perdidas,
pierdo todo lo importante que exportas,
cuando me importas todo ese aroma a ti.

* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

HOY SE INAUGURA EL EDIFICIO AGBAR EN BARCELONA * Fotografía que ilustra el poema.

Unos y otros --- Chus Alosono Díaz-Toledo

Unos y otros --- Chus Alosono Díaz-Toledo Una sombra quiso dejar de ser sombra, y busco en la oscuridad la ayuda para intentar ser luz, mientras la física bebía para olvidar que las distancias no son otra cosa que tiempo perdido.
Una luz también quiso dejar de ser luz, y busco en la oscuridad de la noche la negra ayuda, pero no supo apagarse sin antes detenerse a jugar con las risas que le regalaban las estrellas desde lo alto del cielo, y su brillo fue más grande aún.

Un niño quiso ser hombre, y no tuvo más que pensar que tenía la razón de la experiencia, y la ciencia le volvió a defraudar bajo el disfraz de una ecuación que conocía la incógnita de la verdad.
Un hombre quiso ser niño, y la experiencia le hizo concebir esa infancia sin dejar nada al azar, mientras sus manos se llenaron de años, y las sorpresas se exiliaron más allá del cabello blanco que no supo quitarse a tiempo.

*Autor: Chus Alosono Díaz-Toledo (Pokito)

Desacuerdo --- Chus Alonso Díaz-Toledo

Desacuerdo --- Chus Alonso Díaz-Toledo El recuerdo es como el aire
que se escapa entre los dedos.
Crees que lo atrapas
porque lo piensas,
y al pensarlo,
incoherente o razonable,
se hace cárcel con reja en ti.
El recuerdo es el antídoto
que sabe al veneno
de sus formas,
o el zapato roto por las nubes
de los días de lluvia,
que descansa
bajo una cama angosta,
sin dos cuerpos
a punto de volverse a olvidar.

* Autor : Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

- Fotografía: Che Guevara de pequeño

A la pata coja --- Chus Alonso Díaz-Toledo

A la pata coja --- Chus Alonso Díaz-Toledo En las mañanas que hablan a oscuras
apoyo mi cuerpo a favor del viento.
Cuando las respuestas no tienen pregunta,
propongo un axioma con la brevedad
del verano en una sonrisa regalada al mar.
Resucitar muertos de risa
sería una solución a tanto vivo en la pena,
o colgar del techo del cielo una nube
que no deje de llover agua fresca
sobre el infierno del suelo.
Es verdad que los días comunes tienen acera,
y que las ventanas de la vida
no deben ser sólo las que asoman
a nuestra calle de ahí afuera.
Es real que no suelen ser verdades
las que se cuentan a voz en grito,
y mentira que alguna vez tenga perdón
dejar en “paso”, el caminar que llega a ti.

* Autor : Chus Alonso Díaz -Toledo (Pokito)

Gota - Chus Alonso Díaz -Toledo

Gota - Chus Alonso Díaz -Toledo Comienza a resbalar la gota por el cristal,
y no sabe que se deja la vida en él,
en la transparencia que esconde a la muerte
bajo la soledad plana de arena fundida en ola.
Deja su huella un rastro, que es memoria,
y brillos de serpiente sobre recuerdos mates,
en un camino que suda lágrimas de zafiro
hacia el seco final de su vida mojada.
La gota no se rebela ante su futuro cierto,
conoce que lo efímero es irremediable,
y su ambición no es otra que la de la levedad
con la que se sueña en la frontera del sueño.
No tiene tiempo para fijar su propio reflejo,
ni espacio donde guardar una última esperanza,
pero no deja de ser gota azul, transparente de blanca,
hasta que se hace aire eterno de nubes de cielo.

*Autor : Chus Alonso Díaz -Toledo (Pokito)

Destinos - Chus Alonso Díaz -Toledo

Destinos - Chus Alonso Díaz -Toledo Quisiera no tener entrañas
que me hipotecan,
ser capaz de quebrar
los cristales del tiempo,
antes de que el tiempo
se quiebre, insaciable, sobre mí.
Quisiera no pensar en,
tal vez, un mañana,
sin saber si será mañana,
poder borrar el futuro incierto
de los almanaques que recuerdan
el lugar exacto de lo que será,
y visitar el olor de los patios
que se visten cosidos de mayo.
Quisiera encontrarme preso
en la libertad de la risa de un niño,
o en la calma de los pasos firmes
que caminan a un caminante sin prisa
por encontrar, al final,
un rumbo fijo en los mapas.
Volver a escuchar, en silencio,
respirar a los árboles agradecidos
por las caricias que el viento
les regala en abril,
cuando en el sur del frío
comienza a ser vida la vida,
y las calles se desnudan
con la luz de los paseos
que se guardaron sin salir.

* Autor : Chus Alonso Díaz - Toledo (Pokito)

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo Había sido una piedra en el camino
que siempre lleva a ninguna parte,
para jugar a ser patada en los pasos de la gente.
Tenía las aristas gastadas de tiempo,
y sus brillos de cuarzo ya eran más una leyenda,
que guiños seductores,
desde la humilde vida que vive la tierra.
No servía para esculpir testas nobles,
ni tan siquiera cabezas de media apuesta,
pues sus sueños no eran otros que los sueños
que duermen el cansancio de la arena.
Era todas las piedras que rompen los cristales,
o las que juegan a la pata coja,
en los cuadrados de tarde de una acera.
No sabía de pirámides, ni de rascacielos,
ni entendía de oro, y plata, sus maneras.
Pesaba kilos, y no quilates,
abría brechas, y no sentencias.
Ahora descansa sobre papeles en blanco,
a los que cuenta lo que recuerda
de cuando tan sólo era una piedra.

* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo

Piedra - Chus Alonso Díaz -Toledo Había sido una piedra en el camino
que siempre lleva a ninguna parte,
para jugar a ser patada en los pasos de la gente.
Tenía las aristas gastadas de tiempo,
y sus brillos de cuarzo ya eran más una leyenda,
que guiños seductores,
desde la humilde vida que vive la tierra.
No servía para esculpir testas nobles,
ni tan siquiera cabezas de media apuesta,
pues sus sueños no eran otros que los sueños
que duermen el cansancio de la arena.
Era todas las piedras que rompen los cristales,
o las que juegan a la pata coja,
en los cuadrados de tarde de una acera.
No sabía de pirámides, ni de rascacielos,
ni entendía de oro, y plata, sus maneras.
Pesaba kilos, y no quilates,
abría brechas, y no sentencias.
Ahora descansa sobre papeles en blanco,
a los que cuenta lo que recuerda
de cuando tan sólo era una piedra.

* Autor: Chus Alonso Díaz-Toledo (Pokito)