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˙·٠•●♥ Ediciones Guallavito

De David Trueba

De David Trueba

El deseo trabaja como el viento. Sin esfuerzo aparente. Si encuentras las velas extendidas nos arrastrará a velocidad de vértigo. Si las puertas y contraventanas están cerradas, golpeará durante un rato en busca de las grietas o ranuras que le permitan filtrarse. El deseo asociado a un objeto de deseo nos condena a él. Pero hay otra forma de deseo, abstracta, desconcertante, que nos envuelve como un estado de ánimo. Anuncia que estamos listos para el deseo y sólo nos queda esperar, desplegadas las velas, que sople su viento. Es el deseo de desear.

 

 

 

1 comentario

Amkiel -

El deseo de desear no es deseo si lo es.